Jueves, 28 de Marzo 2024

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Los nombres perdidos, los nombres bellísimos, los nombres horribles

Por: Juan Palomar

Los nombres perdidos, los nombres bellísimos, los nombres horribles

Los nombres perdidos, los nombres bellísimos, los nombres horribles

Tómese por favor el lector el tiempo y la pena de leer la siguiente lista de desastres:

“Antonio Escobedo” por San Juanito.
“Autlán de Navarro” por Autlán de la Grana.
“Ayotlán” por Ayo el Chico.
“Cabo Corrientes” por El Tuito.
“Cañadas de Obregón” por Temacapulín.
“Casimiro Castillo” por La Resolana.
“Ciudad Guzmán” por Zapotlán el Grande.
“Degollado” por San Ignacio de los Encinos.
“Encarnación de Díaz” por Sauz de los Macías.
“Gómez Farías” por San Sebastián.
“Manuel M. Diéguez” por Real del Oro de Huilámpan.
“Puerto Vallarta” por Las Peñas.
“Unión de San Antonio” por La Estancita.
“Unión de Tula” por Hacienda de San Cristóbal.
“Valle de Guadalupe” por Estancia de Casillas.
“Valle de Juárez” por Tequixtlitl.
“Venustiano Carranza” por Amóllan.
“Villa Corona” por Tizapanito.
“Villa Guerrero” por Xanacátic.
“Villa Hidalgo” por Paso de las Carretas.

(Fuente: Historia y Geografía de Jalisco, Tercer Grado. Autor: José María Murià).

¿Qué indica esta lista de suplantaciones toponímicas? No se tiene que ir muy lejos para saberlo: tontería, mezquindad, conveniencias políticas, falta absoluta de sentido estético, histórico, antropológico; persecución de los nombres y las expresiones religiosos, perversidades varias, desprecio de los patronímicos autóctonos, etcétera.

¿Qué habría que hacer para reparar estos graves desfiguros históricos? Concientizar a la gente de que su  historia y la historia de sus mayores ha sido mutilada hasta hacerla prácticamente ilegible. De que con ese daño sus vidas se han visto, se ven, disminuidas, empobrecidas. Acto seguido, presionar fuertemente a los cabildos y al gobierno del Estado para poner las cosas en su lugar. Después, festejar con júbilo y cohetes la restitución de ese importante patrimonio.

Para nada es un asunto menor. Los nombres atan a la historia, al lugar, al paisaje y las tradiciones, a las generaciones pasadas, presentes y futuras. San Gabriel y San Sebastián ya lograron, Zapotlán el Grande a medias. Es preciso avanzar en este proceso.

jpalomar@informador.com.mx

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