Jueves, 28 de Marzo 2024

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Los misterios de la Línea 3

La construcción de la Línea 3 del tren eléctrico en Guadalajara se prestaría a todo tipo de ficciones literarias...

Por: Armando González Escoto

Los misterios de la Línea 3

Los misterios de la Línea 3

Las novelas históricas se constituyen con base a dos elementos, hechos verídicos y mucha imaginación. Los hechos deben por otra parte poseer un especial atractivo e interés que permita a la imaginación crear todo tipo de escenarios y tramas.

La construcción de la Línea 3 del tren eléctrico en Guadalajara, tanto en su trayecto elevado como, sobre todo, en el subterráneo, a unos treinta metros por debajo de la superficie, se prestaría a este tipo de ficciones literarias, sea para desarrollar una novela de tipo policiaco que una de tipo esotérico, en ambas el misterio, la sospecha, la búsqueda de responsables, lo desconocido y las sinuosas vías de las altas decisiones se unirían a un sinfín de asuntos que se ocultan a la opinión pública, tales como el hallazgo de cosas extrañas, de conexiones, de grandes cavidades desconocidas, de mundos bajo tierra, de intereses muy de superficie, de manipuleos de logias y sectas anónimas pero operantes, todo un universo de cuestiones que la gente, siempre ávida de estos temas, devoraría sin dudarlo.

Pero hay un misterio que al salir a flor de tierra deja de serlo de inmediato. Me refiero al poderoso chorro de agua cristalina y limpia que todos los días brota desde gruesas mangueras para desfogarse en las alcantarillas de la calle Reforma en su cruce con la avenida Alcalde. Día y noche, con breves lapsos de reposo, esta agua abundante se envía por vía directa al desagüe citadino. Es que a treinta metros de profundidad, los casi siempre sorprendidos constructores del túnel hallaron un manantial de agua inagotable, que, al no figurar ni en los estudios previos de subsuelo, ni en los planes, ni en el presupuesto, ni siquiera en la previsión de imprevistos, decidieron que el camino indicado era extraerla con bombas para luego tirarla ante la mirada codiciosa de la fuente seca situada a escasos metros de este torrente siempre tan bien servida.

El otro uso que le han dado es recogerla con pipas ahí mismo donde surge y usarla para regar la larga vía del subterráneo. No era el caso de crear un parque de diversiones acuático ahí abajo, ni de desarrollar un canal navegable como el de la macroplaza de Monterrey. Las preguntas se acumulan ¿de por vida habrá que estar succionando ese manantial para tirar el agua al desagüe? ¿Cuáles son las alternativas planteadas? ¿Afecta ese hallazgo acuoso el buen manejo del túnel? ¿Sería ya el caso de pensar en trenes anfibios? ¿Podría conectarse con la piscina del Mercado Corona, la del tercer piso del estacionamiento? ¿Crear una red de canales subterráneos que se enlazara con la que se podrá luego formar en el pretendido estacionamiento de Mexicaltzingo, haciendo nuevamente útil el Puente de las Damas?

Hace algunas semanas un conocido ingeniero hablaba de la importancia de aprovechar el agua pluvial que cae en Guadalajara; pues ya sería bastante poder aprovechar toda el agua que brota o cruza su subsuelo, y que de momento o se ciega, o se estanca, o como en el caso misterioso de las calles Reforma y Alcalde, se tira al drenaje.

armando.gon@univa.mx

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