Lo más probable es que no sean la única corporación policial del Área Metropolitana de Guadalajara con algún grado de infiltración delincuencial, pero es sin duda la más inestable y en la que más crisis han estallado en lo que va de las actuales administraciones municipales.Antes de cumplido el primer semestre del Gobierno de la emecista María Elena Limón, en febrero de 2016, un grupo de sicarios emboscaron, a plena luz del día en la muy transitada Avenida Revolución, la patrulla donde viajaba el número tres de la Comisaría de Seguridad Pública de Tlaquepaque, Francisco Javier Alejo Rodríguez , quien murió junto sus dos escoltas Daniel Ríos y José de Jesús Hernández.Desde ese momento empezaron las sospechas del control que tenía el cártel que domina la plaza de la policía tlaquepaquense. Al otro día del ataque a estos policías renunciaron “por motivos personales” el entonces comisario Martín Maldonado, y su segundo, Gregorio Martínez. Han pasado tres jefes policiales más sin que ninguno haya podido estabilizar el funcionamiento interno de la corporación y desde luego tampoco dar buenos resultados en el combate a la delincuencia. En lo que va del más violento inicio de año registrado este 2018, en Tlaquepaque han ocurrido más de 50 homicidios de los 320 que van en todo Jalisco.Por todo ello el domingo pasado la Policía de este municipio se convirtió en la primera en ser intervenida en el AMG cuando el Ejército, policías federales y elementos de la Fiscalía del Estado desarmaron e iniciaron investigaciones a los 734 uniformados y sus jefes, por sus presuntos vínculos con la delincuencia organizada.La decisión de tomar el control de la Comisaría de Tlaquepaque la precipitaron los hechos de la semana pasada, en especial la aparición de la camioneta cargada de ocho cadáveres que ligaron a otros asesinatos como el múltiple homicidio ocurrido hace tres semanas en un restaurante de mariscos en ese municipio.La conclusión de las investigaciones de la Fiscalía estatal pero también de corporaciones federales como la PGR, el Cisen e inteligencia militar fue que en la disputa por la plaza que protagonizan narcomenudistas en Tlaquepaque, la policía local nada había hecho para detener a los responsables y parar las masacres.Entre las líneas de investigación que se tienen abiertas están la entrega de fuertes sumas de dinero de grupos de la delincuencia organizada a elementos operativos, pero también a los mandos policiales.La presidenta municipal exigió al Estado dar a conocer los resultados de la intervención en un plazo no mayor a dos semanas, ya que de lo contrario se trataría de una estrategia con tintes políticos. Ojalá que no sea así. Pero tampoco podemos permitir que haya una parálisis de acciones para enfrentar la grave crisis de seguridad que sufrimos por la cercanía de las elecciones. Veremos.jbarrera4r@gmail.com
