Enrique Alfaro fue un gran candidato.Sin duda uno de los mejores. Encantador.Su empuje, empatía y mensaje articulado lo mantenían cerca de la gente durante sus eventos de campaña, y a la gente cerca de él.Pero todo cambió.Quizás por la pandemia o por la crisis de seguridad que hace patente que cada día están más presentes y activos en Jalisco grupos del crimen organizado, el ya gobernador se volvió lejano.La gente empieza a no perdonar esa ausencia, sobre todo después de que en la campaña estaba ahí a la mano.En la Plaza de la Liberación, en el mismísimo centro de Guadalajara, me comentaba una mujer que trabaja ahí que cada vez que se organizaba un acto de campaña de Alfaro ella podía acercarse, saludarlo, e incluso tener la sensación de platicar con él.La única barrera era aquel famoso “banquito” en el que subía, pero que tenía una altura de no más de 30 centímetros.La última vez que Alfaro estuvo a pie en la Plaza, me decía la señora, fue ya cuando tomó posesión y ya no hubo forma de acercarse, mucho menos saludarlo.No lo volvió a ver.Esto viene a colación al ver el ejército de encantadores candidatos de todos los partidos que caminan, conviven, platican e incluso (con todo y pandemia) abrazan a posibles votantes.No importa que no tengan una propuesta clara ni un mensaje articulado, lo importante es ser vistos, y vistos de cerca.Pareciera que los candidatos saben lo que quieren (el cargo), pero no saben para qué.Están haciendo campañas a la vieja usanza; exhibiéndose y placeándose, pero sin un discurso claro y homogéneo como mensaje de campaña.Por supuesto que será muy interesante ver cómo se comporta el electorado en las urnas.A final de cuentas los votantes ven a todos los candidatos como políticos, y hay una enorme decepción y hartazgo hacia la clase política, y más a raíz de la pandemia.La pregunta general es dónde estaban todos ellos cuando más se les necesitaba, cuando apareció el virus violentamente e irrumpió en comunidades infectando y matando a cientos de personas. Dónde estaban cuando la pandemia se tradujo en una crisis económica que significó la pérdida de empleos y, en aquellos que los conservaron, una importante reducción de ingresos.Dónde han estado mientras la violencia aumenta a pasos agigantados y se han convertido en noticias cotidianas las masacres de albañiles, el asesinato de un ex gobernador o las desapariciones de familias y jóvenes algunos de los cuales (los estudiantes de cine o los hermanos González) han aparecido muertos.Qué duro como ciudadanía ver que hay personas encantadoras recorriendo el estado solicitando el voto mientras hay miles que sufren en carne propia los embates de una realidad cada día más terrorífica.platapi@hotmail.com
