Desde octubre de 2019, que se dio el llamado “Culiacanazo”, comenté aquí que se convertiría, sin duda, en la más grave crisis política que, a menos de cumplir un año de mandato, le estallaba al gobierno de la autollamada cuarta transformación.Y es que ese episodio hizo menguar la figura de Andrés Manuel López Obrador, sin duda el Presidente más poderoso de la historia reciente de México, pero que ese día que se vio doblado por el cártel de Sinaloa, al ordenar liberar a Ovidio Guzmán, hijo del capo Joaquín “El Chapo” Guzmán, luego de un operativo militar fallido y que se vio rebasado por las milicias y los sicarios de los mafiosos sinaloenses.Más aún porque el gobierno priista de su antecesor Enrique Peña Nieto detuvo en dos ocasiones al padre de Ovidio, la primera vez en Mazatlán y la segunda en Culiacán, sin que ocurrieran rebeliones que lo obligaran a liberarlo como le sucedió a AMLO, con el hijo, que nunca alcanzó a tener el poder del líder del cártel de Sinaloa.Todos los titubeos y la información contradictoria que vienieron los días después de la liberación de Ovidio agudizaron la crisis, que desde aquel momento comentamos, no acabaría hasta reaprender cuanto antes al hijo del Chapo.Lejos de que eso sucediera, en las ruedas de prensa mañaneras nunca se habló de que eso fuera una prioridad y vinieron luego varias visitas a Badiraguato, tierra natal de la familia Guzmán, y donde incluso López Obrador bajó de su camioneta para ir a saludar de mano a otra camioneta a la mamá y abuela, del Chapo y Ovidio, lo que para colmo, desató las mayores suspicacias.Tanta tolerancia del gobierno lópezobradorista pareció colmar la paciencia al gobierno de Estados Unidos que encabeza Joe Biden, y eso quedó claro la semana pasada que el Departamento de Estado norteamericano sumó a su lista de los más buscados a los cuatro hijos del Chapo, entre los que está Ovidio, por los que ofrece una recompensa de 5 millones de dólares por cada uno. Así Los Chapitos se suman a los otros cinco líderes del Cártel de Sinaloa que las agencias antidrogas de EU ya buscaban: Ismael “El Mayo” Zambada García, por el que ofrecen 15 millones de dólares; Aureliano Guzmán Loera, “El Guano”, hermano de El Chapo; así como los hermanos Ruperto, José y Heriberto Salgueiro Nevarez, a quienes señalan de introducir y traficar marihuana, cocaína, metanfetaminas y fentanilo, esta última droga sintética a la que atribuyen el 63 por ciento de las casi 100 mil muertes por sobredosis de drogas en Estados Unidos entre marzo de 2020 y 2021.Luego de este anuncio, López Obrador retomó la justificación que hizo desde octubre de 2019, pero ahora le puso número, calculó que de no haber suspendido el operativo y ordenado la liberación de Ovidio habrían muerto al menos 200 civiles, y alegó, pese a que nunca se había referido al tema, que toca al gobierno mexicano y es una prioridad detener a Ovidio, a sus hermanos y otros capos.Así volvió a reaparecer con todo el fantasma del “Culiacanazo” que perseguirá por siempre a AMLO, que hoy toma forma de un reclamo de Estados Unidos y porque el caso, sin duda, agravó los niveles de impunidad y descomposición social que produce la mezcla corrupción y narcotráfico.
