Domingo, 11 de Mayo 2025

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León XIV, el papa que batea por los White Sox

Por: Salvador Cosío Gaona

León XIV, el papa que batea por los White Sox

León XIV, el papa que batea por los White Sox

En el universo casi mitológico del Vaticano, donde los símbolos pesan más que las palabras y las tradiciones marcan el rumbo de la fe de mil millones de personas, hay detalles que revelan mucho más de lo que aparentan. Esta semana, el beisbol y el catolicismo -dos religiones para muchos, cada una a su manera- se encontraron en una inesperada pero atractiva coincidencia histórica: el nuevo papa, León XIV, es fanático de los White Sox.

Así lo confirmó el propio club desde las pantallas del Rate Field, desmintiendo versiones iniciales que lo ubicaban como seguidor de los Cubs, los eternos rivales. “Hey Chicago, él es hincha del Sox”, proclamó el estadio con orgullo. La corrección vino de boca de John Prevost, hermano del pontífice, quien dejó claro que el ahora papa jamás simpatizó con los Cubs. “No sé de dónde salió eso”, sentenció. Y, como  dicen los White Sox en su comunicado, “la familia siempre sabe más”.

Hay en esta anécdota una riqueza simbólica que no debería pasar desapercibida. León XIV, antes Robert Francis Prevost, nació y creció en Chicago, una ciudad marcada por su diversidad cultural, su espíritu de lucha y por su apasionada relación con el deporte. Que el primer papa estadounidense sea también un aficionado del equipo más “obrero” de la ciudad -los Sox siempre fueron percibidos como el club del sur industrial- es una metáfora viva de su posible estilo pastoral: cercano, directo, con los pies en la tierra.

La elección de un papa estadounidense ya es un parteaguas en la historia de la Iglesia católica. Nunca antes alguien nacido en dicho país había ocupado la silla de Pedro. Que ese alguien sea, además, una figura con fuerte vínculo con América Latina -vivió buena parte de su vida religiosa en Perú, donde incluso obtuvo la nacionalidad- augura un papado interesante, híbrido, y quizás capaz de tender puentes entre continentes, sensibilidades y formas de vivir la fe.

Pero volvamos al beisbol, que en este caso no es simple ornamento. En Estados Unidos, los deportes no son un pasatiempo cualquiera, son una manera de pertenecer, de construir comunidad y de transmitir valores. Que León XIV reciba una camiseta rayada de los White Sox con su nombre, y una gorra que ya va camino a Roma, es más que una curiosidad de crónica ligera. Es un recordatorio de que detrás de la sotana blanca hay un ser humano con historias, preferencias y raíces.
Chicago es una ciudad donde se cruzan culturas, pasiones y contradicciones. En ella conviven los Bears del futbol americano, los Bulls del basquetbol, los Blackhawks del hockey, el Fire y las Red Stars del futbol. 

Es una ciudad de duelos históricos, como el que enfrenta a los Cubs y los Sox, que representa no solo una rivalidad deportiva, sino una diferencia social y cultural; que el papa haya elegido a los White Sox a pesar de haber crecido en un hogar más inclinado a los Cubs y los Cardinals, habla de convicciones personales, de fidelidades que se asumen incluso cuando van contra la corriente familiar.

El beisbol, como la fe, se vive con paciencia, se celebra con rituales y se alimenta de esperanza. En ambos campos, se aprende a esperar la redención tras una larga sequía. Los White Sox, que no ganan una Serie Mundial desde 2005, siguen soñando con su próximo gran momento. 

León XIV, quien asume el papado en tiempos de desafíos globales para la Iglesia, también deberá lidiar con una larga lista de temas pendientes. Ojalá su estilo “White Sox” -discreto, comprometido, perseverante- le sirva para conectar con los fieles más allá de las etiquetas y para impulsar una renovación tan esperada como necesaria.

En fin, no deja de ser una imagen poderosa: un papa estadounidense con alma latinoamericana y corazón beisbolero, dispuesto a jugar en las grandes ligas de la espiritualidad global.

“Ojalá crezca la afición al beisbol, aunque hay que decir que, a pesar de que el papa Francisco era futbolero, eso no provocó un aumento en la afición por el futbol”.

bambinazos61@gmail.com

@salvadorcosio1 Salvador Cosío Gaona
 

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