Nunca será suficiente lo que se pueda insistir sobre el tema. La actual coyuntura de la escasez de combustibles es propicia, también, para reflexionar sobre el equilibrio ecológico que con tanta urgencia requiere la ciudad. Así como es necesaria la energía de los combustibles para poder activar la movilidad metropolitana, resulta esencial mantener y utilizar como contraparte una reserva apropiada de áreas verdes capaces de conservar un balance ambiental que permita contar, para toda la población, con un medio urbano sano.Es una labor que concierne todas las escalas. Desde los grandes recursos ambientales que significan el Bosque de la Primavera, la Barranca del Río Grande de Santiago, los valles adyacentes, los parques de diversas dimensiones, hasta los pequeños reductos donde crece cada árbol urbano. Todos estos elementos se suman para contrarrestar la contaminación que la misma ciudad, y sus actividades, generan.Por muchas generaciones ha sido costumbre entre los habitantes de la región valorar y cuidar los elementos vegetales. Árboles y plantas son procurados y mantenidos por muchos tapatíos. La evolución de la ciudad y la premura con la que muchas necesidades deben ser atendidas por la población han nublado relativamente esta costumbre. Sin embargo, tanto desde las instancias públicas como desde asociaciones privadas se ha logrado avanzar en la implantación en la conciencia comunitaria de la importancia del arbolado y las áreas verdes citadinas.No solamente se trata de fomentar la presencia verde en los contextos públicos. Dentro de las propiedades privadas, tanto habitacionales como de otros destinos, es posible encontrar espacios propicios para ser vegetados apropiadamente. Un análisis de las áreas susceptibles para ello podrá arrojar una considerable superficie intraurbana capaz de aumentar las áreas verdes.Servidumbres, patios, azoteas cuando sea posible, áreas residuales, etcétera: detectar su potencial ecológico y aprovecharlo está al alcance de la ciudadanía en general. Es importante subrayarlo: así como es natural y comprensible la preocupación por encontrar en estos días el combustible para realizar las diversas actividades, es necesario, mediante la mencionada toma de conciencia, encontrar el balance que representan las áreas verdes y propiciar su extensión y desarrollo. De ello depende una adecuada actitud general que permita aspirar al bienestar ambiental.Así como es urgente e importante asegurar la suficiencia de combustibles para desarrollar las actividades cotidianas, es igualmente urgente e importante -aunque sea menos inmediatamente evidente- asegurar la suficiencia de áreas verdes que aseguren el indispensable equilibrio ecológico de la urbe.jpalomar@informador.com.mx
