Viernes, 10 de Mayo 2024

LO ÚLTIMO DE Ideas

Ideas |

La ruta del TLCAN

Por: Luis Ernesto Salomón

La ruta del TLCAN

La ruta del TLCAN

En términos políticos, la administración federal de los Estados Unidos tiene hasta el 17 de mayo para presentar a Congreso los documentos que contengan los términos de un acuerdo en la negociación del TLCAN, si quiere que sea convertido en norma vigente por esta legislatura. Y esto es lo conveniente para México dadas las expectativas en la política de nuestros vecinos.

Hay un calendario a seguir para conseguir este objetivo. Concretamente la oficina del representante comercial a cargo de Robert Lighthizer está obligada a emitir esta comunicación al órgano legislativo cuando tenga un acuerdo. Este documento debe contener las condiciones generales convenidas y a partir de esa fecha tiene 30 días para remitir el texto completo. Este texto será sujeto aun de revisión por parte de las autoridades de la Casa Blanca durante un término de 60 días durante los cuales se puede autorizar la firma por parte del Presidente de los Estados Unidos.

Esto es así, porque aunque la competencia para temas comerciales corresponde a los legisladores, estos emitieron una autorización al ejecutivo para ejercer estas facultades. Una vez suscrito debe ser convertido en ley por los legisladores y para ello corre un término de 105 días para que la comisión correspondiente los dictamine y lo someta a aprobación de ambas cámaras. Dicho de otra forma, la fecha de firma de una nueva versión del Tratado se podría dar 90 días después de la notificación y la aprobación legislativa se esperaría en los siguientes cuatro meses.

La fecha fatal fue subrayada por el líder republicano en la Cámara de Representantes Paul Ryan en una declaración la semana anterior para remarcar la importancia de que la discusión legislativa se de en diciembre próximo, antes de que termine la actual legislatura. Seguramente pensando en el riesgo de que la administración Trump perdiera el control de alguna o de ambas cámaras.

Si seguimos esta ruta tendríamos: un anuncio de acuerdo en principio antes del 17 de mayo, el envío de la comunicación al Congreso en los días siguientes; se seguiría la redacción puntual del texto que debería entregarse, digamos, hacia el 19 de junio, fecha en la que inicia la revisión por dos meses que concluirían hacia el 19 de agosto, fecha en la que se autorizaría la firma oficial del acuerdo, que por tanto se podría dar dentro del mes de agosto y enviado al Congreso en Estados Unidos que tendría de plazo hasta la primer semana de diciembre para dictaminar y someter a aprobación de las cámaras y se esperaría entonces que se convirtiera en ley, lo que hace las veces de aprobación del tratado.

Considerando este calendario en Estados Unidos surge la presión para que en estos días se alcance el acuerdo, porque en caso contrario los plazos implican que sería la nueva legislatura la que podría aprobar la ley que le diera vigencia con los riesgos que supone que no fuera aprobado en sus términos dada la oposición de muchos demócratas. Así una hipotética firma del tratado podría darse por parte del Presidente Peña Nieto en agosto, pero pase lo que pase, la discusión y por ende la secuela de presiones en el Congreso de Estados Unidos hacia México se daría al inicio de la nueva administración presidencial, porque una cosa es la firma y otra es que se convierta en ley vigente allá, que es lo que realmente importa.

Así las cosas, si tenemos un anuncio estos días, la coordinación de los equipos de trabajo de la actual y la próxima administración en materia del tratado comercial será fundamental. La labor de cabildeo y la interlocución política que se ha desplegado debe continuar con la misma visión estratégica para lograr que la discusión legislativa tenga el menor desgaste posible para nuestro país. Y más aún si no hubiera acuerdo antes del 17 de mayo, porque entonces hablamos de una continuación de las negociaciones que involucraría a los equipos de las administraciones entrante y saliente.

La ruta del TLCAN es una prueba para la capacidad de las instituciones mexicanas, que sujetas a un proceso electoral, deben mantener una posición responsable en la defensa de nuestros intereses, por encima de las disputas políticas y la crispación que se espera para las próximas siete semanas. Es hora que los candidatos manifiesten su compromiso para mantener este tema como una prioridad estratégica.

Otra razón más para advertir que no podemos darnos el lujo de un conflicto post electoral que debilite nuestra posición y por tanto para lograr que la elección se resuelva de forma ordenada mediante el reconocimiento pleno a los resultados en el mismo día de la elección. La ruta del TLCAN nos lleva a ligar a tres presidentes en juego político sin precedentes en un ambiente de agitación: Trump, Peña y quién resulte electo.

Temas

Lee También

Recibe las últimas noticias en tu e-mail

Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día

Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones