Nos hemos acostumbrado tanto a convivir con la pandemia, que las cifras de contagios y muertes lo vemos con mucha naturalidad. Además, no podemos mentir que ya pensábamos que la batalla la habíamos ganado con la llegada de las vacunas y le dimos rienda suelta al acelerar el regreso a la normalidad en muchos sentidos. La ruda realidad es otra. Hoy, las noticias son peores de las que recibimos en enero del año pasado.Este miércoles el doctor Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS) fue muy crudo ante la realidad que estamos viviendo. Palabras más palabras menos, dijo que incluso los países con altas tasas de vacunación podrían volver a encontrarse donde estaban a principios del año pasado. Eso quiere decir, con una cantidad de contagiados incontrolable así como de pérdida de vidas.Y fue muy crítico al señalar que la manera como enfrentamos la pandemia una vez que tuvimos la vacuna, los protocolos debieron haber sido otros, estableciendo que concentrar la vacunación sólo en algunos países -los que podían adquirirla- y no en la población mundial han provocado que aparezcan nuevas mutaciones del virus y que han resultado más agresivas y mortales. Y cuantas más variantes, mayor será la probabilidad de que una de ellas eluda las vacunas y nos lleve a todos al punto de partida. “Si hubiera existido más equidad, hoy estaríamos bajo control a estas alturas”.El doctor Ashish Jha de la escuela de salud pública de la Universidad de Brown comparte la advertencia, pero fue más explícito, “es el escenario de pesadilla de una pandemia incontrolable”.Las cifras de contagios y hospitalizaciones están al alza en toda la república -como sucede en el mundo-, con la desventaja que solo el 17.5 por ciento de la población está vacunada -22.3 millones de personas- y que millones de personas -por diferentes motivos- se niegan a inocularse, respetando su decisión, pero que no toman en cuenta que si tienen el virus pueden contagiar a decenas de personas.Hemos acelerado el regreso a las escuelas, la realización de eventos con público, dejado de seguir medidas preventivas elementales y en muchos negocios operar como hasta antes de la pandemia. Es obvio que nadie quiere parar las actividades, pero desafortunadamente ante la combinación de irresponsabilidad e ignorancia se deben hacer sacrificios y tomar decisiones extremas para de esa manera evitar la pérdida de vidas. ¿Usted, qué opina?daniel.rodriguez@dbhub.net
