Ante la gravedad de los acontecimientos en la frontera con México, el presidente Joe Biden designó a la vicepresidenta Kamala Harris como la responsable de atender la problemática y buscar soluciones al ingreso de migrantes que cruzan la frontera y solicitan asilo. Al paso de los días y mientras el paso de inmigrantes aumentaba, durante los meses de mayo y junio desde diferentes sectores del partido republicano se lanzaban críticas a la funcionaria por no hacerse presente en la frontera y ver personalmente el flujo de personas, la saturación de los centros de atención y como el problema superaba la capacidad de la Patrulla Fronteriza.Fue hasta el 25 de junio cuando la vicepresidente hizo un viaje relámpago entre Washington y El Paso, Texas -que solo duró unas horas-, donde dio la impresión que más que para percibir y conocer los detalles de la problemática, lo hizo por presiones de la oposición política. Aunque cabe aclarar, si su estancia hubiera sido más prolongada, los resultados hubieran sido los mismos, ya que la complejidad del problema se conoce y es algo que no se resuelve de la noche a la mañana.Sin embargo, desde ese aparente silencio que mostró desde que recibió la responsabilidad y la falta de acciones públicas inmediatas para abocarse a la tarea encomendada, pusieron a Kamala Harris en una posición donde la percepción de un gran sector nortemaricano es de falta de visión, de experiencia y de iniciativa.Lo poco que se ha visto o lo poco que se ha divulgado que se haya hecho en el asunto fronterizo y el silencio que ha guardado hasta el momento lo que fue la salida de tropas de Afganistán y sus consecuencias, tiene a Kamala en niveles de aprobación muy pobres, como no sucedía en los últimos 50 años con un vicepresidente. La aprobación es apenas del 43 por ciento, con una desaprobación del 50 por ciento.Y con problemas como el fronterizo donde no hay solución a la vista, ni con una reforma en el Congreso ni con medidas que tiendan a aliviar la llegada de migrantes, Kamala Harris este miércoles hizo otro viaje relámpago, pero ahora a California, pero no para empaparse más de cerca del problema migratorio, sino para abogar por el gobernador Gavin Newsom, quien el 14 de este mes se enfrenta a una elección de revocación promovida por los republicanos.Este viaje le va a perjudicar más a la imagen y credibilidad de Harris y seguramente sus números en la preferencia continuarán bajando, como ha venido sucediendo con el presidente Joe Biden. Un promedio de las últimas encuestas colocan al mandatario estadounidense con una desaprobación del 49.1 por ciento, contra solo un 45 por ciento de aprobación. A este paso, lo que fueron tres meses de un cambio de administración con un presidente ‘caminando entre las nubes’, se ha desplomado, así como se han caído los pronósticos de que Kamala Harris pudiera ser la carta fuerte de los demócratas para la elección presidencial del 2024. ¿Usted, qué opina?.daniel.rodriguez@dbhub.net
