El director general del SIAPA, Antonio Juárez Trueba, es un tipo muy afortunado. En un primer vistazo se diría lo contrario… ¿pero qué hubiera pasado si el viernes 4 de julio, al abrirse el socavón en Avenida Malecón, colonia El Bethel, hubieran fallecido los niños que viajaban en la camioneta que acabó en el fondo del enorme agujero? En este momento, el juicio social sería severo. Seguramente habría manifestaciones que enarbolaran como primera exigencia la renuncia del director.Por otra parte, Juárez Trueba está sorteando sin mayor problema la crisis que le provocó al SIAPA la señora Elizabeth Castro, quien figuró hasta el último día de junio como asesora técnica asignada con el director general, es decir, él mismo. La señora, a pesar del escándalo mediático, ha seguido arrojando leña al fuego en las redes sociales y se burla de lo sucedido sin que parezca importarle en lo más mínimo lo que pueda pasar con el SIAPA, donde aparentemente no trabajaba, pero sí recibía el pago mensual de 73 mil pesos.En otra línea de revisión, Juárez Trueba —puede afirmarse— consiguió que se aprobara el incremento en la tarifa del SIAPA. No era lo que había pedido en principio, pero el 9.65 % avalado el 26 de junio en una discutida sesión del Congreso local es un salvavidas para un SIAPA que se encuentra en franca crisis económica.Hay más. Juárez Trueba puede ser el director del SIAPA que se beneficie de la construcción de un segundo acueducto del Lago de Chapala al Área Conurbada de Guadalajara. Incluso, según lo proyectado, podría acceder al total del líquido que la ciudad puede tomar del lago: 7.5 metros cúbicos por segundo, y no los 5.9 que se supone se extraen actualmente del vaso lacustre, pero de los que se pierde al menos 40 % en el trayecto del muy averiado acueducto original.Por si fuera poco, Juárez Trueba cuenta con el apoyo incondicional del secretario de Gestión Integral del Agua, Ernesto Marroquín. Éste lo ha acompañado incondicionalmente (o por instrucciones políticas) en todos los momentos críticos de su gestión. ¿Quién lleva la cuenta de los cortes de agua que se han realizado por composturas en infraestructura del SIAPA? ¿Qué ha pasado con las numerosas manifestaciones por falta de agua en colonias y zonas de la ciudad? ¿En qué resulta el hecho cotidiano del agua turbia que se recibe en diferentes zonas de la urbe?Es cierto que se han presentado numerosas quejas en la Comisión Estatal de Derechos Humanos Jalisco. Tomará su tiempo procesarlas y, aun después, habrá oportunidad de acatar y responder.Antonio Juárez Trueba, el director del SIAPA, es muy afortunado.Su cargo, seguramente, no es la envidia de muchos. Pero, en un escenario tan conflictivo y adverso, las cosas le han ido bien.Si verdaderamente tiene la voluntad de cambiar el rumbo del SIAPA y evitar su colapso definitivo (eso sería una grave crisis para la ciudad), debería aprovechar el vendaval de buena fortuna que lo acompaña y emprender la reingeniería interna, los despidos de indeseables en la nómina, las mejoras técnicas urgentes, la campaña de comunicación que detenga la pésima fama pública del organismo que dirige. Tiene la oportunidad. Antes de que sea demasiado tarde.