Un rayo indígena, criado en un rancho ubicado en Oklahoma, montando y domando caballos salvajes encontró una gran pasión por los deportes. Tenía la velocidad de un venado, la fuerza de un búfalo y la mansedumbre de una oveja. A principios del siglo XX fue considerado el mejor atleta del mundo y fue el primer nativo americano en ganar medalla de oro para Estados Unidos. Considerado también el atleta más versátil de la historia, Thorpe ganó medalla de oro en la quinta edición de los Juegos Olímpicos de 1912 en Estocolmo, Suecia, en pentatlón y decatlón. También jugó futbol americano, colegial y profesional, beisbol y basquetbol. Después de su gran éxito en la quinta edición de los Olímpicos de 1912, firmó con los Gigantes de Nueva York en 1913, también jugó seis temporadas en el Major League Baseball, desde 1913 hasta 1919. En 1915 firmó con los Canton Bulldogs ayudándoles a ganar tres campeonatos profesionales y más tarde jugó con otros seis equipos en la NFL. Fue parte del equipo All-Americans de nativos americanos a lo largo de toda su carrera y también fue jugador de basquetbol profesional. De 1920-1921 fue el primer presidente de la American Professional Football Association, la cual se convertiría en la NFL en 1922. El olvido Thorpe perdió sus títulos olímpicos cuando se averiguó que había jugado beisbol profesional antes de competir en las Olimpiadas, violando así las reglas de atleta amateur impuestas en aquel entonces. Jugó como profesional en distintos deportes hasta los 41 años, y el final de su carrera coincidió con la Gran Depresión de los Estados Unidos. Luchando para poder sobrevivir, trabajó en oficios extraños, sufrió de alcoholismo y vivió sus últimos años sumido en la pobreza y la enfermedad. 30 años después de su muerte el Comité Olímpico Internacional le restauró sus medallas. Actualmente está inmortalizado como una leyenda en el Salón de la Fama de los deportes; sin embargo, en sus últimos años vivió con mucho más pena que gloria. Al no ser amateur desde un principio perdió su gloria y fue desconocido, pero actualmente en realidad todos son profesionales y el romanticismo del amateurismo ha desaparecido, pero en el camino cobró una víctima: Jim Thorpe.
