Para no perder la costumbre, Jalisco tendrá “otros datos” en relación a la incidencia de COVID-19.Con el lanzamiento del humildemente llamado “Radar Jalisco: Sistema de detección activa COVID-19”, la entidad en colaboración con la UdeG aplicará 500 pruebas diarias para detectar el virus.Eso implica que a partir del viernes habrá dos estadísticas para el Estado: las oficiales reportadas por la Secretaría de Salud federal y las locales a partir de la aplicación de test.Ya lo adelantaba el rector Ricardo Villanueva: Jalisco ya no será comparable con otras entidades porque aquí se buscarán los casos activamente y se elevará la incidencia.Ya lo dijo también la ONU: la otra epidemia de desinformación también es grave y dañina. Con dos estadísticas, ¿qué le abonamos a combatir este otro problema? ***Por cierto, el Gobierno estatal ya no insistió demasiado sobre las pruebas rápidas para detectar el COVID-19 y mejor se enfocó, con ayuda de la UdeG, en la compra de 12 mil pruebas formales llamadas PCR por 47.1 millones de pesos.Si consideramos que por 20 mil pruebas rápidas Xpert el gobierno estatal iba a pagar 20 millones de pesos, la compra para “Jalisco Radar” es mucho más cara.Pero lo barato puede salir caro. Las pruebas rápidas han sido cuestionadas y su aval, no nos cansamos de insistir, es provisional por parte de la FDA de Estados Unidos.Ojalá que el gobierno de Jalisco ya no insista en este tipo de pruebas y mejor aplique su modelo con las que ya son garantía, aunque sean más tardadas.***Mientras en España, Italia y Nueva York le aplauden al personal sanitario que atiende los casos de COVID-19, en México y Jalisco le avientan agua con cloro y lo discriminan.Esta semana se han documentado en la metrópoli al menos las agresiones contra una doctora y una enfermera. En ambos casos les aventaron agua clorada al identificarlas por el uniforme.A nivel nacional, el problema es similar. La Conapred reportó recientemente el aumento de quejas por discriminación. ¿Así es como cuidamos a los que nos cuidarán de nosotros?