Cuando no es en Tamaulipas, es en Guanajuato, y cuando no es en Michoacán, es en Zacatecas -por mencionar los episodios más recientes-, pero el caso es que las masacres (por definición, “Matanza de personas, por lo general indefensas, producida por ataque armado o causa parecida”) parecen haberse vuelto el pan nuestro de cada día en este bendito país.-II-Para las “h.” autoridades (“el supremo gobierno que no se equivoca nunca”, diría Pito Pérez), “el país está en calma…”; “es falso -como difundió el Departamento de Estado de los Estados Unidos- que el 30% del territorio nacional está bajo el dominio de la delincuencia organizada…”; “es patraña de sus adversarios que la ingobernabilidad resplandece…”; “es infundio de quienes añoran los tiempos en que imperaba la corrupción, que México sea un Estado fallido…”; “es lamentable que los habitantes de algunas localidades de Michoacán hayan tomado la decisión de crear comandos de ‘guardias blancas’ para defenderse de los delincuentes que los extorsionan, porque la salvaguarda del orden y la seguridad para la población están en manos de las autoridades…”.Sería necio negar que ha habido “algunas de cal”; por ejemplo, la detención, el último fin de semana, de siete u ocho presuntos implicados en la masacre del pasado día 19 en Reynosa. Empero, igualmente necio sería negar que son desproporcionadamente más “las de arena”…Indicio de lo anterior, el enfrentamiento del sábado en San Juan Nuevo, Michoacán -a inmediaciones de Uruapan y no lejos de Aguililla, donde también se cuecen habas al por mayor-, entre supuestos miembros del Cártel Jalisco Nueva Generación y guardias comunitarios del poblado, con saldo de cinco muertos: cuatro presuntos integrantes del grupo delictivo, y uno de la guardia comunitaria.-III-El suceso ocurrió -trágica ironía- al día siguiente de que el Presidente López Obrador, en su consabida perorata cotidiana, tildó de errónea la decisión de revivir el polémico modelo de las “auto-defensas” creado hace años en esa misma entidad, y aseveró que la Guardia Nacional (que hasta ahora, en general, ha servido para lo mismo que la célebre Carabina de Ambrosio, y a la que los habitantes de algunas comunidades han rechazado a pedradas) tomaría cartas en el asunto.Colofón: puesto que la lucha contra la corrupción es bandera de la actual administración, habría que preguntar si hablar bonito y prometer paraísos en vez de tomar acciones para erradicar injusticias y perseguir delitos no es, precisamente, una patente y refinada forma de corrupción.jagelias@gmail.com