Martes, 23 de Abril 2024

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Intervención colonial en Venezuela

Por: Rubén Martín

Intervención colonial en Venezuela

Intervención colonial en Venezuela

En tiempos de “posverdad”, la derecha mundial está retornando el viejo discurso colonial e imperial. Así ocurre con el Gobierno de Donald Trump, quien no oculta sus intenciones imperialistas en el conflicto en Venezuela. Como es evidente, Estados Unidos está jugando un papel clave para intervenir en ese país, deponer al Gobierno legalmente constituido y poner a un aliado a los intereses geopolíticos del país del Norte.

En pleno siglo XXI el responsable de las relaciones internacionales del Gobierno de Estados Unidos repite, con casi idénticas palabras, la vieja doctrina del presidente James Monroe, quien en 1923 declaró “América para los americanos”.

“El secretario de Estado, Mike Pompeo, afirmó que además de la preocupación estadounidense por la enorme crisis humanitaria en Venezuela, también tenemos intereses de seguridad. Esta es nuestra región (subrayado mío). No queremos que esto sea un Estado títere cubano en Venezuela” (La Jornada, 22 febrero de 2019).

En la burda maniobra para intervenir en Venezuela, Pompeo dice que esta es “nuestra región” pasando por sobre la soberanía de 34 naciones y la voluntad de 630 millones de habitantes.

Es innegable la crisis en Venezuela: hay crisis alimentaria, adquisitiva, de salud, y evidentemente política. La sociedad está polarizada y el Gobierno de Maduro deslegitimado. Pero esta crisis también es responsabilidad de Estados Unidos, que ha querido deponer a un Gobierno que no responde a sus intereses, como quedó demostrado con el golpe de Estado contra Chávez en 2002.

Venezuela salió de la órbita geopolítica de Estados Unidos, y por tanto el control de sus recursos, desde hace 20 años con la llegada al poder de Hugo Chávez. En un nuevo intento por deponer a un Gobierno que no responde a sus intereses, Estados Unidos armó una nueva maniobra  reconociendo a Juan Guaidó, sumando a Brasil y Colombia y otros países.

La pieza central de esta maniobra es el ingreso de ayuda humanitaria este sábado 23 de febrero, fecha lanzada por Guaidó para que el Gobierno de Maduro abra la fronteras a la intervención de Estados Unidos y de la coalición de países que lo apoyan, disfrazada de ayuda. Los riesgos de esa maniobra estadounidense son incalculables, pues es obvio que Maduro no dejará entrar a fuerzas cuyos gobiernos lo quieren deponer.

La maniobra de Estados Unidos apuesta a crear un conflicto en las fronteras de Venezuela y así declarar una intervención multinacional, posiblemente amparados en la Carta de la OEA. Si así fuera, habría enfrentamientos entre esa fuerza intervencionista y las fuerzas leales a Maduro. Y aunque eventualmente logren deponerlo, posiblemente surja una guerra civil.

El conflicto entre un poder imperial que quiere poner un Gobierno leal a sus intereses geopolíticos, y un grupo político que se ha aferrado al poder en Venezuela deja en medio a la población con un riesgo alto de guerra civil que sólo pagarán, como siempre, los más pobres y los más vulnerables.

A esta sociedad de abajo debe apoyarse para exigir a Estados Unidos que cese la intervención y a Maduro su disposición a un diálogo que encuentre una salida pacífica al conflicto venezolano, el más grave en América Latina en varias décadas.

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