Todos, hasta los más bien portados, jugamos alguna vez a toca y corre: timbrar en las casas y salir corriendo para que no nos vieran. Era un juego realmente inofensivo, pero de alta intensidad fregativa: quien sale no lo disfruta tanto; abre la puerta y solo escucha las carcajadas y los pasos de los niños huyendo.El gobernador Aristóteles Sandoval decidió aplicar esta técnica de toca y corre para entregar su informe. Fue tan desangelada y poco protocolaria la entrega del sexto informe que solo le faltó al secretario de Gobierno aventarlo por debajo de la puerta junto con los periódicos del día. El Informe de Gobierno ha perdido peso como ritual político, es cierto, pero no debe perderlo como acto de rendición de cuentas. En esta ocasión ni siquiera habrá glosa pues, dicen, los secretarios andan muy ocupados con la entrega-recepción y los diputados con la refundación. Alguien no previó este inconveniente y si no lo ajustan nunca más volverá a existir un sexto informe.Independientemente del resultado electoral, el sexto informe siempre ha tenido la sombra del gobernador electo. Se da en el momento en que el poder y la luz del gobernador en funciones se apaga y la del nuevo crece en intensidad. Pero un balance final es siempre necesario como ejercicio de rendición de cuentas.Hace unas semanas comentamos todas las cosas que el gobernador saliente deja a medias (En Tres Patadas 10 de octubre 2018) y ayer el fracaso en materia de seguridad. Pero para hacer un balance del Gobierno saliente hay que ver el panorama completo y valorar globalmente: ¿es mejor Jalisco hoy que hace seis años? Yo no tengo duda que sí. Nos cuesta mucho trabajo reconocer lo que se hace bien y la discusión política siempre es en torno a lo que no funciona, pero los resultados económicos de este Gobierno, comparados con el resto del país, son bastante buenos. Valgan algunos datos: el campo de Jalisco sigue siendo primer lugar en el aporte al PIB agropecuario nacional pero la distancia sobre el segundo lugar es de 15 mil millones cuando en 2003 era de seis mil millones (pesos constantes de 2013). En turismo seguimos siendo tercero nacional, pero la rebanada creció de 7% a 8.1%. La participación del PIB nacional es hoy de 7.1%, cuando a principios de siglo era de 6.3, etcétera.¿Qué se hizo bien? Construir sobre lo construido. Si en algo ha existido continuidad en los últimos sexenios es en materia económica y los resultados ahí están, pero un informe toca y corre no nos permite verlo.(diego.petersen@informador.com.mx)