Jueves, 28 de Marzo 2024

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Hacer tu vida, sin que gire en torno a tus hijos

Por: Guillermo Dellamary

Hacer tu vida, sin que gire en torno a tus hijos

Hacer tu vida, sin que gire en torno a tus hijos

El síndrome del nido vacío, golpea a muchas parejas, cuando los hijos deciden hacer su vida, ya a parte de la familia. 

Aunque se supone que lo han considerado, desde que nacieron, que algún día volarían, no se prepararon para cuando esto comenzará a suceder. Y una vez, que realmente ellos se van, entonces surge el sentimiento de pérdida y se gesta el sufrimiento por su ausencia. 

En muchas ocasiones, los padres se hicieron dependientes de sus hijos, vivieron en función de ellos. Era lo que le daba sentido a sus vidas y al esfuerzo de todos los días. Lo hacían por ellos,  claro que no todos, sólo los que han sido responsables. 

En el corazón de una madre, los hijos son insustituibles, aunque se vayan y estén bien, dejan un huecos que es muy difícil de llenar. Sólo, en ocasiones, los nietos vienen a revitalizar y a darle las alegrías que los hijos les dieron años atrás. Por ello, ahora tienden a ser “nieto dependientes”. Pero al fin y al cabo, dándole sentido a sus vidas en función de alguien más. 

Hay parejas que extrañan mucho a sus hijos, las casas tienen cuartos y camas vacías, se siente una aroma de soledad, se acabó la buya y la grata compañía.  La vida tiene ahora tintes de tristeza. 

Mientras que los hijos se la pasan fenomenal, los padres se quedan sin el sabor grato de la vida cotidiana en torno al afecto y el cariño en familia. 

De aquí, la importancia, desde el inicio de la maternidad, a no descuidar tu persona y  a nunca dejarte de preocupar y atender la autonomía  de tus hijos.  Saber hacer muchas cosas junto a tu pareja, y saber incluir a tus amistades, hermanos y primos. Y así mantener vivo el afecto y el cariño, sin tenerte que distraer en tu trabajo u otras actividades que sólo atenúan tu lamentable vacío. 

Ser dependiente de los hijos o nietos, te ata al sufrimiento especialmente a cuando ellos no están o se han ido a vivir lejos. Por lo que, lo más recomendable, es que edifiques tu gusto y el amor por la vida, sin que todo el peso caiga en ellos. Así, estar contentos y plenos, es con ellos, sin ellos y a pesar de ellos. 

Prepárate, porque algún día tus hijos se irán, y si ya se fueron déjalos ir, porque nunca fueron tuyos.

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