Viernes, 26 de Abril 2024

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Habitar y salir del infierno

Por: Rubén Martín

Habitar y salir del infierno

Habitar y salir del infierno

Son incontables las historias de dolor y desgarramiento que desde el periodismo y la investigación se han recogido de las personas que padecen en primera línea la guerra que vivimos en esta fase violenta de acumulación de capital. Son historias que nos cuentan el infierno que habitamos en México: la violencia organizada desde el Estado o fuerzas privadas que producen masacres, desapariciones, fosas clandestinas.

Alejandra Guillén y Diego Petersen, nos presentaron el lunes una historia de los más de 40 mil de casos de desaparecidos que hay en México y casi siete mil en Jalisco. En su reportaje “El regreso del infierno; los desaparecidos que están vivos” relatan el episodio de una especie de leva mediante la cual decenas de jóvenes fueron capturados el cártel Nueva Generación (CJNG) con el engaño de ofrecerles trabajo como guardias de seguridad privada. En mayo de 2017 decenas de jóvenes de la Zona Metropolitana de Guadalajara y de la región de Tequila fueron capturados por este grupo del CJNG y llevados a un campo de entrenamiento clandestino cerca de Tala, para entrenarlos y obligarlos a trabajar para ellos como sicarios.

Ahora conocemos la historia porque uno de estos detenidos logró escapar y, pese a los peligros que corre, brindó su testimonio a las autoridades. Gracias a ello, la Fiscalía General de Jalisco (FGJ) llevó a cabo un operativo cerca de Ahuisculco, Tala donde encontraron el campo de entrenamiento y a un grupo de 15 hombres, tres de los cuales tenían reporte de desaparición presentado por sus familiares.

“El regreso del infierno”, se titula el reportaje porque debido al testimonio de quien por seguridad identifican como Luis, se cuenta cómo era la vida de capturados y amenazados por un grupo de sicarios y cómo fue salir de ese infierno.

Un pasaje del testimonio de Luis es revelador: una vez que escapó decidió contar su testimonio; “Voy a arriesgarme a platicar mi historia y llevar un poco de paz a sus familias y que no sigan esperanzados a que van a encontrarlos”, se lee en su declaración tomada por las autoridades.

Como bien destaca mi colega Raúl Torres, la importancia del trabajo de Alejandra Guillen y Diego Petersen no consiste en mostrar el horror del infierno, que es lo más común en textos sobre este tema, “sino porque en él subyace la esperanza (maltrecha pero no rota) a partir de la valentía de quién decide dar su testimonio para tratar de dar paz a otros...” (https://goo.gl/CrdsY9).

En efecto, a pesar de vivir en el infierno y correr peligros Luis decide solidarizarse con las familias “que perdieron la pista de sus seres queridos”. Este gesto nos muestra que la guerra ominosa y casi omnipotente, puede ser resistida y combatida, para que no nos paralice, y para que al fin entre todos desde abajo seamos capaces de salir del infierno que habitamos.

El Gobierno de Andrés Manuel López Obrador acaba de presentar 11 puntos para replantear la búsqueda de los desaparecidos en México. Aunque las familias organizadas que tienen desaparecidos le han dado el beneficio de la duda, no pasará mucho tiempo antes de que se impongan las inercias burocráticas y políticas o peor aún, los intentos de ocultar y mantener impunes las fuerzas cómplices del Estado que son parte de la maquinaria que desaparece.

Son necesarios cientos de miles, millones de gestos como los de Luis para salir del infierno que habitamos. 

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