Si antes de arrancar mencionamos que se sentía poco ambiente de Mundial entre la población de Qatar, durante el partido inaugural la efervescencia —si es que la hubo—, se diluyó en los primeros 45 minutos, al término de los cuales un gran número de los asistentes al Estadio Al Bayt mejor se fueron, para evitar seguir presenciando el bochornoso partido que estaba dando su Selección.Y no era para menos. Al minuto 3 el VAR intervino para anular un gol ecuatoriano, pero ni la tecnología, el Emir, Gianni Infantino ni nadie logró evitar que 10 minutos después el árbitro italiano Daniele Orsato señalara un penal que Enner Valencia convirtió en gol. El antiguo integrante de Tigres anotaría el segundo y a la postre definitivo tanto, que desataría la euforia de los cientos de ecuatorianos e incrementaría el desencanto qatarí.Quizá el resultado fue afortunado ante el polémico tema de la prohibición de la cerveza, ya que el éxtasis de los ecuatorianos seguramente les impidió extrañarla, mientras que los aficionados qataríes desconocen lo que es beber una cerveza en uno estos eventos.Quien sí tiene un problema con esta decisión del gobierno —de no vender cerveza en los inmuebles sede de los partidos—, es la empresa Budweiser, que a manera de “consolación” informó que la dotación de producto que tenía destinada para la Copa del Mundo la entregará al país campeón, y en cuanto a la FIFA… seguramente le manda decir “nos vemos en los tribunales”.Pero el tema de la no venta de cerveza en los estadios e incluso la polémica del VAR, son los más superfluos de los asuntos que rodean al Mundial de Qatar.Mientras se preparaba todo para disputar el partido inaugural, en el Centro Internacional de Comunicaciones, se celebraba la rueda de prensa obligatoria de FIFA previa a cada partido en donde a los representantes de Inglaterra, Gareth Southgate y Harry Kane, les pidieron una opinión de Irán, pero no del que será su rival en la cancha sino de la situación que vive ese país y del tema de las protestas por los derechos de las mujeres. El entrenador quedó sorprendido, pero cuidando sus palabras, limitándose a responder que no tenía suficiente información al respecto para poder expresar alguna opinión.Esta situación también le tocó a Gregg Berhalter, entrenador de Estados Unidos, a quien le preguntaron sobre las declaraciones de Gianni Infantino cuando aseguró que Occidente debería de pedir perdón antes de empezar a dar lecciones de moral ante lo que se exige de Qatar. Berhalter “la pateó al corner” diciendo “yo vengo a representar al equipo de futbol de Estados Unidos”.Y aunque esto no fue polémico, sí nos sorprendió la escandalera que armaron por algunas calles y avenidas de Doha los aficionados de Qatar, caravanas de vehículos con la música a todo volumen, ondeando banderas y haciendo sonar sus bocinas, ¿estarían festejando que solo perdieron 2-0?
