Jueves, 24 de Abril 2025

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Enojo, soledad y desapariciones

Por: Jonathan Lomelí

Enojo, soledad y desapariciones

Enojo, soledad y desapariciones

Cada quien vive y entiende la violencia en este país a su manera. En mi caso, la crítica periodística es el filtro que uso para intentar desmenuzar este lío. 

¿Pero qué piensa y siente un ciudadano promedio alejado del círculo rojo, la academia y la prensa? El pulso de ese sentimiento me lo dio el sacerdote Memo Chávez, párroco de San Pío X, el templo que está por Santa Filomena, en Guadalajara. Un religioso, después de todo, se ha convertido en una de las figuras más íntimas y cercanas a esa voz que nadie escucha. 

-Descubro mucha gente enojada y sobre todo dolida. Y muchas veces se siente sola. Van con las autoridades, pero no les hacen caso. Llegan a la Iglesia, platican, y uno tiene que darles la esperanza para continuar en medio de su dolor. 

El “humor social”, entendido como el estado de ánimo de una comunidad, lo cual influye en su opinión y percepción de la realidad, parece cada día más irritado. 

La Secretaría General de Gobierno registra todas las protestas sociales año con año. Obtuve los datos por transparencia. Me sorprendió descubrir que en todo el sexenio de Aristóteles Sandoval se registraron 951 manifestaciones. En cambio, Alfaro acumula, a poco más de la mitad de su gobierno, 2 mil 212 protestas en las calles. 

¿Esto refleja el estilo de gobernar de Alfaro? Probablemente. Por un lado, su bravuconería parece que provoca la irritación social más fácilmente. Por el otro, también subyace una creciente insatisfacción de los jaliscienses en la atención de sus demandas. 

La inseguridad y las desapariciones encabezan las expresiones de descontento. De hecho, en los últimos cinco años, una de cada diez manifestaciones tiene que ver con desaparecidos y una buena cantidad (40) se realizaron frente a Casa Jalisco en este sexenio. Le siguen manifestaciones relacionadas con el medio ambiente, igualdad de género, salud, entre otros. 

La irritación social crece. Desde luego, personalizar todos nuestros problemas en la figura de Enrique Alfaro reduce la expresión de la realidad compleja a un solo hombre (aunque como candidato aseguró que él resolvería los problemas del Estado gracias al voto de millones de jaliscienses que confiaron en él).

Esta crisis social, de derechos humanos y de violencia que vivimos tiene su origen también en un sistema político agotado. No sabemos cuánto soportará esta olla de presión: la gente está enojada, dolida y se siente abandonada.

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