¿Cómo rastrean a los desaparecidos en Jalisco? En las 226 páginas de la Recomendación 25/2019 de la Comisión Estatal de Derechos Humanos Jalisco está la respuesta. El documento analiza 73 denuncias a partir de quejas interpuestas por familiares de desaparecidos entre 2014 y 2018.El análisis revela que la Fiscalía de Desaparecidos emplea, más que un método de investigación criminal, un criminal método de investigación. A partir de que la autoridad recibe una denuncia, son identificables vicios y omisiones incesantes.Significa que el denunciante afronta, además de la desesperación por encontrar a un familiar, la frustración ante la parálisis del personal ministerial.Saturación y alta rotación. La Fiscalía de Desaparecidos opera 22 agencias con tres a cinco integrantes cada una. Si en Jalisco hay 7 mil 933 desaparecidos, cada agente atiende en promedio 360 casos.La Fiscalía de Desaparecidos también enfrenta una rotación interminable de ministerios públicos y policías investigadores. En poco más de un año, la agencia que tuvo menos cambios registró dos; la que más llegó a 13. Y una agencia operó con 8 ministerios públicos distintos en un año. Sin contar los cuatro cambios de titular que ha tenido la Fiscalía de Desaparecidos desde su creación en 2017.Sin coordinación. Tras una denuncia, la Fiscalía de Desaparecidos no busca en hospitales, centros de reclusión, hoteles ni fuera de Jalisco. El área de Homicidios no avisa a la de Desaparecidos del hallazgo de un cuerpo. Esta comunicación vía oficio puede tardar hasta un año.Omiten geolocalizar. En 67% de casos, el Ministerio Público omitió geolocalizar el celular o vehículo de la víctima; en un caso lo hizo, pero tres años después. Uno de los expedientes asienta: «No se solicitó geolocalización del teléfono del desaparecido, ya que de la declaración del familiar se desprende que una persona que participó en el secuestro, posteriormente se la encontró en un establecimiento y le quitó el teléfono de la persona desaparecida».Desperdician videovigilancia. En la mitad de los casos, la Fiscalía de Desaparecidos omitió revisar cámaras de video públicas o privadas ubicadas en el punto de la desaparición. En una indagatoria, solicitaron un año tarde los videos de la zona en donde circuló la víctima. En otra, seis meses después.La familia suple al MP. En 77% de las investigaciones se omitieron datos entregados por la familia. Un acta ejemplifica: «Un familiar avisó de actividad en la cuenta de Facebook del desaparecido, ubicó el punto en donde se conectaron a la cuenta, avisó a la Policía Investigadora, pero la autoridad no hizo nada».En otro expediente, un tercero citó a la víctima antes de desaparecer. Jamás investigaron al implicado a pesar de que se asentó en el acta. La familia inició las entrevistas y la búsqueda del señalado.Por regla casi general, los familiares indagan, recopilan material audiovisual, grabaciones, hacen entrevistas, sin importar el riesgo, pero la autoridad no usa la información que le entregan.***La Recomendación 25/2019 exhuma las omisiones de la anterior gestión estatal, pero todo indica que las tribulaciones de los familiares continúan hasta hoy. Basta asomar la nariz a esta realidad: de 2018 a junio de 2019 no se ejerció acción penal alguna por el delito de desaparición de personas cometidas por particulares.Luego nos preguntamos: ¿por qué desaparecen en Jalisco?Porque la investigación criminal está orientada a no encontrarlos. Porque los autores del delito se quedan con el teléfono de la víctima y nadie los busca. Porque saben que las cámaras de videovigilancia son inútiles. Porque desaparecer a una persona es lo más simple ante un conflicto. Porque desaparecer a una víctima es la solución más óptima, más rentable y más económica para un criminal porque no tiene consecuencias.Eso explica la crisis de desapariciones.
