Hace exactamente una semana el titular de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados en Tapachula, Chiapas,comparaba la llegada de cientos de inmigrantes haitianos a la frontera sur de nuestro país con las escenas que se viven en algunos países africanos.” No es Ruanda, ni es Angola, es Tapachula”, dijo Andres Ramirez.Ese día a la oficina de migración habían llegado poco más de dos mil haitianos para solicitar el ingreso e iniciar el trámite de asilo, lo que representa un aumento del 600 por ciento en comparación con una jornada regular de hace algunos meses.Las peticiones de refugio han aumentado de manera extraordinaria en este año. De acuerdo con Alejandro Encinas,subsecretario de Derechos Humanos y la Unidad de Política Migratoria de la secretaría de Gobernación, solamente de enero a junio, 51,654 - la mayoría venezolanos y hondureños- han solicitado se les reciba en México, de los cuales casi 29 mil han cumplido con los requisitos y tienen derecho a permanecer en el país mientras sus casos es procesado. Muchos de ellos podrían tener derecho al asilo, pero por no solicitarlo a los 30 días de pisar suelo mexicano, pierden ese derecho.Si comparamos las cifras de peticiones de todo el 2020, cuando estamos a la mitad del 2021 ya se superó la cantidad de solicitudes con casi 10 mil, lo que nos habla de la dimensión del problema social que se presenta y que continúa creciendo todos los días. Se estima que este año las peticiones serán más de 90 mil, lo que será un récord histórico. Además, hay que agregar a los migrantes que se han hacinado desde el año pasado en la frontera con Estados Unidos, de los que no hay un censo real; en el año fiscal -que se inició en octubre del año pasado- la Patrulla Fronteriza del país vecino ha detenido a 1.2 millones de inmigrantes -sólo 171 mil personas en el mes de marzo- y una gran parte regresada a México -la cifra más alta registrada en un mes en los últimos 15 años- lo que nos da una idea de la cruda realidad de miles de migrantes que deambulan en suelo mexicano.A la crisis descontrolada de migrantes que llegan a suelo mexicano, se agrega las condiciones de abuso de que son objeto, que son extorsionados y abandonados por los ‘coyotes’. Además, posiblemente lo más grave, la problemática de darles ubicación en el tejido social, cuando las condiciones actuales no son las óptimas, sobre todo cuando nos encontramos en medio de la pandemia. La población sin trabajo en el último mes en México llegó a casi tres millones de personas, según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). Seguir agregando población a ese ritmo y necesidades de techo y sustento, provocan que riesgos de insalubridad e inseguridad aumentan y se pueda convertir en situaciones incontrolables en algunas regiones del país. Desafortunadamente, México como antesala del país más rico y atractivo del mundo para sobrevivir, que sirve como hogar a miles de migrantes, tiene el reto de lidiar y tratar de buscar soluciones emergentes que le ayuden a manejar este trance. ¿Usted, qué opina?
