Viernes, 29 de Marzo 2024
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El castigo es el quemón

Por: Pablo Latapí

El castigo es el quemón

El castigo es el quemón

En México sí avanza el combate a la corrupción, pero no es por cortesía de los entes gubernamentales. Es al revés: a pesar de la clase política.

Desde el Presidente de la República hasta el más humilde de los alcaldes, pasando por gobernadores, diputados y senadores, presumen un discurso anticorrupción y la triste realidad es que se trata de un enorme teatro en el que simulan combatir los desvíos o mal uso de recursos públicos, pero al final de la cadena se castiga sólo a un número infinitamente pequeño de funcionarios, muy acorde con las cifras de impunidad en nuestro país que según el estudio de México Evalúa anda alrededor del 87 por ciento nacional, y en el caso de Jalisco más del 99 por ciento.

Se premia ser corrupto. Se gastan cientos de millones de pesos al interior de los gobiernos en oficinas de auditoría, de contraloría e inconcluso de combate a la corrupción (dinero público por supuesto), pero no vemos a nadie caer preso por un delito que le está costando al país el equivalente al 10 por ciento del PIB (Una cifra multimillonaria que hace de ser político un gran negocio).

¿Por qué decimos entonces que avanza el combate a la corrupción?

Porque si bien no existen los castigos y penas contra esta gran banda de corruptos, sí existe otro tipo de escarnio que es la exhibición de los casos groseros en los medios de comunicación.

Han sido periódicos, estaciones de radio y canales de televisión los que o han hecho investigaciones para exhibir los casos de corrupción o han hecho eco de ellos.

Como los procedimientos “oficiales” (exclusivos de los gobiernos) son lentos e intrincados, y por lo tanto ineficientes en el castigo, los casos que han sido detonados en los medios se han convertido en fuertes señalamientos contra funcionarios que así quedan condenados al desprecio popular por su carácter de corruptos.
El castigo es el “quemón” público.

Fue gracias al escándalo de la Casa Blanca de las Lomas de Chapultepec que el Presidente Peña Nieto adquirió mayor fama de corrupto, ya no se la pudo quitar, y ahí empezó su  verdadera  debacle y la de su partido (reforzado por los ex gobernadores del “nuevo PRI” presos en estados donde ha habido alternancia) , lo que al final le costó la humillante derrota en las urnas el pasado 1 de julio.

En Jalisco fue en los medios que se exhibió a varios diputados que desde hace años mantenían en la nómina del Congreso a familiares muy cercanos, utilizando el beneficio de ser legisladores en favor de hijos o hermanos. No recibirán un castigo, no hay voluntad para hacerlo, pero la deshonra pública al ser exhibidos es innombrable y ya nadie se las quita.

Es la sociedad civil, a través de los medios, la que tiene que seguir presionando para combatir la corrupción, y mientras no estén bien afinados los mecanismos oficiales para que se castigue a los políticos tramposos, nos queda el consuelo de ver cómo son “quemados” públicamente en diarios, estaciones de radio y canales de televisión.

(platapi.en.i@hotmail.com)

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