De no oficializarse hoy o mañana su regreso a la Secretaría de Educación, puesto del que se separó para buscar ser parte de la futura bancada priista en el Congreso local, el péndulo de especulaciones de las motivaciones de su eventual salida del PRI y su nuevo destino político irá a puntos tan extremos como contradictorios.Desde los que alimentarán aún más su hipótesis de la transición pactada entre el gobierno saliente de Aristóteles Sandoval y el futuro de Enrique Alfaro, puntero en las encuestas pre electorales a la gubernatura, hasta las que afirman que se trata de un rompimiento casi irreconciliable entre el gobernador y este ex funcionario, que fue amigo de infancia y llegó a ser su colaborador más cercano e influyente.Los primeros refieren la presunta cercanía de Ayón al líder del movimiento naranja, que forjaron desde sus juventudes priistas, cuando fue parte del equipo de campaña de Alfaro, en su primer intento de alcanzar la presidencia de Tlajomulco en 2003. Aseguran que el que siempre se encargó de propalar esta estrecha relación era el mismo ex secretario, que con su salida y probable llegada al Partido Verde o al propio partido Movimiento Ciudadano, estaría transitando de ser un interlocutor entre ambos grupos políticos a un abierto aliado y promotor del alfarismo.El argumento del rompimiento tiene dos vertientes. Los que la atribuyen a la irritación que causó a su jefe político que Ayón haya decidido no acudir a registrarse como candidato a diputado del Distrito 8 como ya se había anunciado, por no haber aparecido en un buen lugar en las listas plurinominales que le garantizaran su llegada al Congreso ya que el triunfo en la urnas en ese distrito es altamente improbable para el PRI. A los ojos de Aristóteles, y de muchos otros priistas, afirman, esa posición de capricho era inaceptable en quien fuera el funcionario al que el gobernador ungió como interino cuando dejó la alcaldía de Guadalajara y dio más posiciones de poder en el Ejecutivo: Educación, SIAPA, Pensiones y CODE. La otra vertiente explica el distanciamiento por las observaciones que se han hecho de presuntas irregularidades en el manejo del Ipejal.Los más moderados señalan que todo es resultado de los pocos espacios que el PRI nacional otorga al priismo jalisciense, pese a tratarse del tercer padrón más importante del país, en el reparto de plurinominales para la Cámara de Diputados y el Senado. Ese trato, sostienen, provoca enorme presión y dificultades para lograr consensos entre los grupos internos del PRI en Jalisco en la repartición de las candidaturas. En esta condición, dicen, el gobernador habría buscado por todos los medios acomodar a su amigo Ayón y al no lograrlo el camino es reincorporarlo a la SEJ. Veremos. jbarrera4r@gmail.com
