Mientras nos ahogamos de calor e imploramos a Tláloc un poco de agua (hay que hacer notar que San Antonio y San Juan nos fallaron gacho este año), en las precampañas llueve y no precisamente agua, sino denuncias, acusaciones y todo tipo de señalamientos.Las condiciones de inequidad y falta de reglas favorecen que los candidatos se ataquen los unos a los otros filtrando fotos comprometedoras, haciendo señalamientos, acusándose mutuamente de incumplir los acuerdos internos por demás ambiguos. Ahora son los de la precampaña de Morena y sus aliados, muy pronto veremos exactamente lo mismo entre el montón de precandidatos de la Alianza Opositora.En Estados Unidos los grandes escándalos que truenan candidatos salen en las precampañas. Parte de su función es depurar a los aspirantes y desnudarlos. Más allá de los métodos, poco confiables de cara a los ciudadanos, y de una ley que es profundamente restrictiva, pero que está vigente, el verano de precampañas será sin duda una buena forma de cribar a la clase política, de sacarle los trapos al sol a los aspirantes y de que lleguemos a la elección constitucional con candidatos más ventaneados y escrutados.A quien más le ha llovido en estos días es a Adán Augusto López. El político tabasqueño, que dice ser además empresario, tapizó el país de espectaculares con la esperanza de crecer en conocimiento en las encuestas, rebasando no sólo los topes irrisorios que puso su partido, sino cualquier lógica de gasto. No le bastó ser secretario de Gobernación ni sustituir al Presidente en las mañaneras para generar simpatías. La tunda que le han puesto por vestir un reloj de lujo que poco o nada tiene que ver con la austeridad y el uso de un avión de las Fuerzas Armadas para mover a los familiares de una de sus colaboradoras cercanas le ha costado carísimo. Las próximas semanas, ya entrado de lleno el temporal, los golpes serán entre Claudia y Marcelo. No tienen de otra, la batalla es a muerte y sólo les quedan seis semanas.Las internas de la Alianza Opositora no serán menos rudas. La primera criba será casi natural, muchos entrarán al proceso sólo a hacer bola, a levantar la mano diciendo que aspiran a ser Presidente a ver si los meten de diputados o senadores. Sin embargo, cuando queden sólo los tres finalistas, los escándalos del pasado (y vaya que hay algunos aspirantes con cola muy larga) y las acusaciones de mapacheo van a brotar como hongos en temporal.Bienvenidas las lluvias, las de agua y las de las denuncias de las precampañas, pues, aunque causen algunos estragos, siempre dejan más beneficios que daños.diego.petersen@informador.com.mx