Además de las presiones por la aplicación de aranceles y sus constantes reproches de que el Gobierno mexicano no hace lo suficiente para combatir a los cárteles de la delincuencia organizada que llevan el fentanilo a los Estados Unidos, ahora su presidente, Donald Trump, abrió un nuevo frente de tensión en la relación bilateral al endurecer sus acciones antimigratorias.Las redadas contra indocumentados que iniciaron el viernes pasado en Los Ángeles, la ciudad estadounidense donde vive la mayor comunidad de mexicanos fuera del territorio nacional, y las manifestaciones en contra de grupos promigrantes que han degenerado en disturbios, han sido el escenario perfecto para que el presidente norteamericano desate toda una campaña para exacerbar el sentimiento antimexicano en su país.Las imágenes que se han distribuido profusamente, en las que manifestantes ondean banderas mexicanas sobre patrullas grafiteadas y a las que prendieron fuego, se han incorporado a la narrativa para que Trump llame “insurrectos” a los migrantes mexicanos y latinos, para así justificar la intervención de tropas de la Guardia Nacional, que ya le ocasionaron incluso reclamos de las autoridades del Estado de California y de la ciudad de Los Ángeles. El gobernador californiano, el demócrata Gavin Newsom, anunció de hecho una demanda contra el presidente de Estados Unidos por ese despliegue policial, ya que consideró “ilegal e inmoral” no haberle consultado sobre la utilización de elementos de la Guardia Nacional en el Estado que gobierna.Aunque ayer lunes se volvieron a realizar manifestaciones en contra de las redadas y la política antimigratoria de Trump, ya no hubo disturbios como los registrados el fin de semana, cuando quemaron autos autónomos, hicieron pintas en edificios públicos, lanzaron objetos a policías y bloquearon autopistas, mientras la policía les lanzaba gases lacrimógenos y les disparaba balas de goma.De cualquier forma, y pese a las críticas del gobernador de California, Trump volvió a insistir ayer que, aunque Los Ángeles está bajo control, no descarta utilizar a los marines como lo hizo con la Guardia Nacional, y, sarcástico, dijo que esperaría el apoyo de Newsom, por ser él el mayor “beneficiado”, luego de que amenazó con encarcelarlo por oponerse a las políticas migratorias del Gobierno federal.Hay voces en Estados Unidos, como las de los demócratas, que hablan de “una crisis artificial” creada por el propio Trump para que el tema migratorio le compense los malos resultados que ha tenido su Gobierno y la molestia que hay entre sus propios votantes. Sin embargo, el Gobierno de la Presidenta Claudia Sheinbaum deberá enfrentar con sumo cuidado este nuevo episodio que ya dejó 42 migrantes mexicanos detenidos, y que pudiera tensar aún más la relación México-Estados Unidos, si se suma a la crisis arancelaria y a la del tema del combate al narco en México.jbarrera4r@gmail.com