Como lo hizo en su informe el Presidente Andrés Manuel López Obrador, el alcalde de Guadalajara, Ismael del Toro, reconoció también ayer que en materia de seguridad no se han alcanzado los resultados esperados, por lo que casi cumplido su primer año de gestión, sigue como la principal asignatura pendiente de su gobierno.Así lo consignó ayer en su primer informe, como seguramente lo tendrán que hacer el resto de las y los presidentes municipales del Área Metropolitana y de muchos otros municipios de Jalisco, en esta temporada de informes.Tan claro es el déficit que advierte en este tema Del Toro, que el jueves pasado me dijo en una entrevista radiofónica donde también hicimos un balance de su primer año de gobierno, que su proyecto político de reelección como alcalde tapatío en el 2021 dependerá en mucho de lo que se avance o no en el combate a la crisis de inseguridad y de violencia que se padece en la ciudad.El alcalde confía en que esto se logre con la consolidación de la Policía Metropolitana, a la que Guadalajara aportará una policía en la que en el último año se le ha invertido en equipamiento y aumentos salariales. Así como con la coordinación de la Guardia Nacional.Habrá que ver también si en su segundo año de gobierno surten más efecto los planes, proyectos y acciones que contempla el Programa “Ciudades más seguras” que ONU-Hábitat decidió aplicar en Guadalajara, como ciudad piloto, así como los convenios que hizo el gobierno tapatío con las oficinas de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito. Ojalá, por el bien de todos en la ciudad, que así sea.Fuera del tema de la seguridad, este primer año ha sido para Del Toro de pocos sobresaltos. Sus adversarios políticos le reclaman haber sido un alcalde ausente y de bajo perfil, pero lo cierto es que ha tenido la habilidad política para mantener un Ayuntamiento con tranquilidad por la comunicación constante que le reconocen regidoras y regidores de oposición.Es en la operación y atención de la ciudad y la prestación de los servicios públicos donde los y las ediles opositores ven deficiencias. Mientras el alcalde Del Toro hace una evaluación positiva de la figura de la gerencia de la ciudad y sus 12 minigerentes de zona, su gran apuesta de gobierno, la oposición considera que estas nuevas estructuras no acaban de funcionar, por lo que vendría bien una profunda revisión de sus indicadores.Uno de los grandes aciertos de Del Toro en su primer año de trabajo es sin duda la designación de un contralor independiente, que sin duda puede ser una contribución al combate a la corrupción y a la impunidad en la administración pública de la capital jalisciense. Eso se verá al término del trienio. jbarrera4r@gmail.com
