Desde hace décadas se dice que en México no vivimos un Estado de Derecho, porque en un país en el que se vive bajo este concepto, todos los ciudadanos y las autoridades están sometidos a la ley y actúan conforme a ella; esa ley se emite siempre respetando principios y derechos fundamentales, y cuando alguien la quebranta hay mecanismos imparciales para sancionarlo y eso sucede.Desafortunadamente en nuestro querido México hemos visto personas y autoridades pertenecientes a los partidos políticos de todos los colores infringir públicamente la ley y quedar impunes.Desde que los Griegos eran una comunidad que influía en el mundo conocido con sus ideas, decían que el poder corrompe, no hacían distinción del tipo de personas a las que corrompería, sino que lo hacía de manera general y tajante: a todos el poder nos corrompe, por tanto debemos garantizar que las personas que ostentan el poder lo hagan de manera temporal y los ciudadanos debemos participar en la vida pública verificando que las personas a quienes hemos otorgado un poder temporal realicen sus funciones acorde a la ley.Cuando vivimos en un país en el que esto último no se vive de forma cotidiana, corremos el riesgo de dos cosas, que las personas que ostentan el poder busquen la forma de perpetuarse en su cargo, para lo cual basta voltear a ver a nuestros hermanos de países como Venezuela y recientemente de El Salvador, en donde los ciudadanos so pretexto de tener un mejor país, contar con seguridad y orden o tener mejores oportunidades para todos, deciden permitir la reelección indefinida de sus gobernantes, lo cual lleva inevitablemente al daño colateral de vivir en una tiranía, de derechas o de izquierdas, pero tiranía al fin. O segundo, que ante la falta de acción de las autoridades celebremos que otros realicen lo que las autoridades mexicanas deberían de hacer, como puede ser detener la proliferación del narcotráfico.No respetar el Estado de Derecho también lleva consigo que personas que han hecho del narcotráfico su modo de vida, realicen sus actividades en contubernio con las autoridades de nuestro país, garantizando que no puedan ser sometidos a los procesos que la propia ley establece para quienes cometen un delito.Ante este escenario escuchar noticias como que el Presidente Donald Trump emitió una orden secreta, no creo que sea tan secreta cuando la noticia ha estado en los encabezados de las agencias de noticias de todo el mundo, nos puede llegar a parecer una buena idea “por fin alguien va a hacer algo” el problema son los daños colaterales, el hecho de que los narcotraficantes sean catalogados como terroristas permite al gobierno norteamericano atacarlos independientemente del lugar donde se encuentren, siempre y cuando se utilicen medios proporcionales, pero en esas situaciones inevitablemente siempre hay daños colaterales, recordemos lo sucedido recientemente en Irán, personas que se encuentran en el mismo lugar que el narcotraficante/terrorista a quien pretendían acabar, el problema será cuando nosotros seamos esos daños colaterales.