Jueves, 28 de Marzo 2024

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Contralor legislativo, a prueba

Por: Jaime Barrera

Contralor legislativo, a prueba

Contralor legislativo, a prueba

Ante la voracidad sin límite de las y los diputados de la Legislatura 62, que encabezan los coordinadores parlamentarios Salvador Caro, de la bancada mayoritaria del partido Movimiento Ciudadano; Erika Pérez, de la debutante fracción de Morena; Gustavo Macías del PAN; Mariana Fernández del PRI; y Quirino Velázquez del PRD; así como el y la diputada únicos del PT y del Verde, Oscar Herrera y Angélica Fregoso, el contralor del Congreso, Raúl Bermúdez Camarena, tiene una oportunidad profesional inmejorable para brillar supervisando el ejercicio presupuestal de uno de los Poderes legislativos locales más caros del país, evitando, y en su caso sancionando, corruptelas o la utilización indebida del gasto que quieren sea cada vez mayor.

Y es que habrá que decir que seguramente con los “apoyos económicos” que se autorizaron en el 2019 para supuestamente pagar los gastos de sus informes individuales de su primer año legislativo y el de viáticos para los diputados y diputadas de distritos electorales ubicados fuera del Área Metropolitana de Guadalajara; así como el aumento de 130 mil a 186 mil pesos el gasto para la contratación de personal, consolidarán al Congreso de Jalisco como uno de los más obesos e ineficientes del país a juzgar por el costo por diputado.

El Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) viene advirtiendo estos excesos desde el 2018 que en su estudio Informe Legislativo ubicaba a nuestro Congreso como el quinto más costoso y con la tercera nómina más alta del país con entonces 943 empleados, cuando el promedio era de 441.

Por estos datos, los coordinadores parlamentarios de todas las fuerzas políticas prometieron al inicio de la Legislatura que trabajarían para hacer más eficiente la estructura del Poder Legislativo y disminuir el gasto en nómina. En su presupuesto del año pasado establecieron incluso un Fondo para un programa de retiro voluntario, que en el colmo del cinismo, es el que utilizaron para abultar la nómina este año.

Ante estas ambiciones monetarias que afloraron entre las y los usuarios de las curules del Congreso, el primer filtro para cerrar el paso a la malversación de fondos es el Contralor legislativo. Su reto principal será hacer valer su propuesta para reglamentar el papel del personal eventual, conocidos también como “supernumerarios”, que ya trabaja en el Congreso y los que serán contratados con el nuevo agandalle presupuestal. Habrá pues que estar muy atentos para identificar qué diputado o diputada se opone a este reglamento que exige un contrato con funciones definidas para cada supernumerario, e informes quincenales de actividades de cada uno de ellos y de los diputados para los que trabajan. Sin duda, la aplicación de estas medidas es una buena prueba para medir la independencia y solvencia del joven Contralor del Congreso, y para evitar las simulaciones de siempre en las contrataciones en el Legislativo, que más que para contribuir a elevar la calidad del debate y trabajo parlamentario, se convierten más en recompensas para operadores electorales, y en el peor de los casos para corruptelas y moches salariales.

jbarrera4r@gmail.com

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