Viernes, 29 de Marzo 2024
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Contra la marea

Por: Gabriela Aguilar

Contra la marea

Contra la marea

“Por más que hagamos, si la Fiscalía quita elementos, es ir contra la marea. Es mucha porquería con leyes injustas, gente corrupta, amanecí muy mal, simplemente no entiendo”.

Fue el mensaje que recibí el fin de semana de una prima de Alejandro, quien falleció junto con su esposa Fernanda en un accidente automovilístico hace una semana. Más que concientizar sobre la falta de autoridades competentes que planten cara en casos de esta naturaleza, cuestionar la inexistencia de campañas masivas sobre las consecuencias de manejar alcoholizado, parece que la ciudadanía se perdió en el juego de roles de “Cuestión de escrúpulos”: “Si fuera tu hijo el futbolista, ¿no lo defiendes con todo?”, “si fueras los papás de la pareja, ¿mejor te resignas?”. Y así, podría llenar este espacio con planteamientos estériles que nos alejan de la realidad que todos podemos padecer, pese a que las autoridades se empeñen en repetir hasta el cansancio que debemos confiar en nuestras instituciones y que tenemos que arrancar la corrupción desde la raíz.

Este caso era la oportunidad para hacerlo distinto, no para defender lo indefendible ni dejar dudas, no para simular que se integra una investigación apegada a los protocolos cuando los que estuvimos ahí, en el lugar de las dos muertes y la impunidad, vimos lo contrario.

La escena fue por momentos un circo, un cruel espectáculo. Una falta de respeto a la dignidad y violación a la intimidad y dignidad de las víctimas. Muchos vecinos captaron con su celular las imágenes, otros, tomaban fotos a los rostros de la pareja y aprovechaban cada que la manta azul que cubría los cuerpos se movía debido al aire. ¿Y sabe por qué? Porque el acordonamiento en la escena era mínimo. Un bombero de Zapopan era el que se acercaba a acomodar de nuevo la manta y llamar la atención a los morbosos. Fueron los policías de ese municipio los que acordonaron el lugar, un conductor lo rompió con su automóvil porque llevaba prisa. Así era el nivel de control. Después llegó el comandante encargado del área, no fue al momento porque “atendía un intento de auto-agresión en la parte Norte”.

Nadie me lo dijo, yo misma presencié el momento en el que un vecino le dijo al agente investigador de la Fiscalía, “pregúntenle a aquella señora, ella le ayudó al conductor del carro deportivo a sacar botellas de vino”. Justo en ese instante el policía recibe el mensaje de radio comunicación: “Negativo“, después hablaron en claves. Le pregunté ¿eso qué significa? “Que las cámaras del municipio y del Estado, no funcionan”. Días después se difundió el fragmento de un video de una de esas cámaras. Extrañamente no aparecen esos elementos clave de los que todos hablaron y no se tomaron en cuenta para integrar una agravante.

El acompañante del futbolista con la capucha de la sudadera cubriendo la cabeza, veía a la distancia lo que ocurría. Cerca, otro vecino sacaba de su chaleco y presumía como trofeo “mira lo que me voy a llevar”, era el caballo emblema del Mustang.

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