Al día nueve de la sorpresiva alianza legislativa opositora Morena, Hagamos, Futuro, PT, PAN y PRI para la reforma del Poder Judicial en Jalisco, vino ayer finalmente el diálogo que desde el día tres ofreció el gobernador Pablo Lemus.No se dio de forma individual y en Casa Jalisco como inicialmente lo planteó, pero tampoco como lo proponía la contrapropuesta de las y los coordinadores parlamentarios, de que fuera con todos a la vez y en el Congreso del Estado.Como se esperaba, la reunión se dio en un lugar neutro, como muestra de voluntad política de ambas partes, y se eligió un salón privado de un prestigiado restaurante español ubicado en la calle López Cotilla, en la Colonia Americana.Estos son los indicadores que quedan en el tablero político luego de este novenario de turbulencia por la reforma judicial, que debió quedar armonizada a la federal desde el 15 de marzo pasado:1.- Aunque no alcanzaron los votos necesarios para consumar el madruguete en la aprobación de esta reforma, el bloque opositor creado para este fin dejó fuera de lugar al coordinador parlamentario del partido Movimiento Ciudadano, José Luis Tostado, a quien cobraron así la cerrazón al diálogo del que lo acusaban, confiado en que su bancada de 11 integrantes era la más numerosa. Resistieron unidos las presiones que vinieron de Casa Jalisco, y la aceptación al diálogo individual con el gobernador que tuvo la fracción del PRI y su dirigencia estatal no lesionó el espíritu de bloque, que les da mayor poder de negociación en asuntos futuros, como el presupuestal y diversas designaciones públicas.2.- El hecho de que este episodio hubiera metido de lleno a la operación política al gobernador para restablecer el diálogo roto con la oposición en el Congreso dejó en evidencia las soberbias y descuidos del responsable de la bancada de su partido en el Congreso, pero también de su equipo político en Palacio de Gobierno, encabezado por el secretario de Gobierno, Salvador Zamora, y que habrá que ver cómo lo reactiva.3.- El hecho de que el gobierno estatal, sus diputados y aliados del Verde, y eventualmente dos del PAN, no cuenten con los votos necesarios para aprobar la reforma judicial y otros que requieran la mayoría calificada, los obliga a entrar en una lógica de nueva pluralidad, que no habían tenido en las dos últimas legislaturas, que hicieron uso ilimitado, incluso violando suspensiones judiciales, de la aplanadora naranja y sus exincondicionales panistas.La comida de ayer entre el gobernador, su secretario de Gobierno y el coordinador parlamentario de MC, con los líderes de las bancadas opositoras, fue un acto de distensión por esta nueva realidad política, que le puede venir muy bien al estado si la clase política y gubernamental sabe estar a la altura de su responsabilidad histórica.Limpiar el Poder Judicial de Jalisco es su gran oportunidad para demostrarnos si lo están o no.