Martes, 23 de Abril 2024

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Cochimix y la impunidad

Por: Jacques Rogozinski

Cochimix y la impunidad

Cochimix y la impunidad

Recientemente China develó un sistema de vigilancia inteligente “Sky Net”, un auténtico Big Brother. 20 millones de cámaras que a través de inteligencia artificial y un sistema de reconocimiento facial, puede identificar y ubicar a cualquier persona en tan solo minutos. Al escuchar esto, los ciudadanos de Cochimix, muy preocupados por los altos niveles de impunidad, que ascendía hasta un escandaloso 98%, pensaron que instalando este sistema podrían resolver —al menos— los problemas del exceso de basura en las calles y las constantes violaciones viales en el país.

Al estilo de la antigua Grecia, se reunieron los ciudadanos de Cochimix y acordaron instalar una estructura igual de sofisticada de vigilancia y llevar un registro detallado de las violaciones viales y de basura de cada uno de sus habitantes. El sistema llevaría un conteo exacto de cada infracción. Para poder realizar cualquier gestión, los ciudadanos requerirían tener solvencia indicando que su cuenta por infracciones a las leyes se encontraba en cero. Muchos de los pobladores de este lejano país, se sintieron muy motivados, pues pensaron que podría suceder como en la muy conocida novela de Saramago, Ensayo sobre la lucidez, que cuenta de una sociedad que, al ser reprendidos y abandonados por las autoridades, supieron exitosamente organizarse, planificar y distribuir las distintas labores de manutención del país entre ellos mismos.

Para dar mayor seguridad y confianza decidieron hacer un referéndum para elegir un organismo supranacional de extrema transparencia que se encargaría de operar el sistema de vigilancia y administrar los recursos obtenidos por las multas a los infractores.  Estos los ocuparían para realizar obras sociales en beneficio de la comunidad. Por más de un año en Cochimix, se llevó a cabo —con gran solemnidad y transparencia— el proceso para elegir este organismo. Finalmente, los resultados del referéndum se hicieron públicos y un organismo danés con una veintena de funcionaros aterrizó en el país, listos y felices de realizar el experimento social más disruptivo nunca antes realizado.

Sin embargo, a pocos meses de iniciado este experimento, empezaron a notar algo muy raro: en Cochimix ya no se vendían casas, ni coches, ni se enajenaban bienes, ni nada semejante. Se realizó entonces una investigación exhaustiva, descubriendo que ni el número de infracciones viales, ni la cantidad de basura en las calles, había disminuido. Los ciudadanos se habían revelado y no pagaban las multas arguyendo que eran vigilados y grabados las 24 horas del día. Se sentían amenazados, su privacidad había sido violada. Pareciera que vivían en una dictadura.

Ante la crisis provocada por la inmovilidad económica, que aumentaba día a día, los ciudadanos se reunieron y decidieron abortar su añorado experimento social. Tristes y desconsolados los ideólogos e intelectuales que habían sido los grandes abogados y defensores de un cambio en el sistema, entraron en un mutismo ante el fracaso de su experimento.

Esta historia, una metáfora, nos ilustra que la impunidad que se hubiera podido reducir (con tecnología), no es únicamente un problema de administración pública, sino un problema cultural que compartimos todos. Transformarlo implica asumir cambios lentos pero seguros y, sobre todo, cambios que sean asumidos por la totalidad de la población como corresponsables de la impunidad y del caos vial en el país, por citar un ejemplo. 

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