Cuando apenas acaba de cumplir sus primeros ocho meses en la Presidencia -1 de junio-, Claudia Sheinbaum tiene un nivel de aprobación de más del 80 por ciento de los ciudadanos que respaldan su gestión, que es una cifra sin precedentes. Sin embargo, ese reconocimiento se puede desmoronar como un “castillo de arena” debido al conflicto que se ha provocado con la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) y otros asuntos que son una “piedrita en el zapato”, que la están “arrinconando” y prácticamente la tiene acorralada. Pero, vamos por partes.Primero, las protestas y manifestaciones de los maestros han provocado una semiparalización ciudadana y económica de un sector muy importante de la capital de la República y causado daños materiales en la Secretaría de Gobernación, del Bienestar, ISSSTE y del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), solo por mencionar los más importantes. Ante el caos provocado por más de 20 días, el Gobierno no “mete las manos” con el argumento de que “son provocaciones y no vamos a responder”, ha dicho Sheinbaum, mientras que la ciudadanía piensa que protestar es un derecho que se respeta, no así el paralizar la actividad y afectar a cientos de negocios con millonarias pérdidas.Segundo, a la Presidenta la obligaron a cancelar su gira de este fin de semana por la zona de la montaña en el Estado de Guerrero, debido a que el equipo de logística de la Presidencia le advirtió de posibles protestas por integrantes de la CNTE, que tenían la intención de “reventar” la inauguración de un hospital del IMSS-Bienestar en el municipio de Tlapa. Un incidente similar sucedió en 2023, cuando el expresidente López Obrador canceló su presencia en la inauguración de un CRIT del Teletón, cuando los manifestantes le impidieron el acceso.Tercero, el viernes por la tarde, cuando los miembros de la CNTE levantaron temporalmente la mayoría de sus casas de campaña del Zócalo capitalino, los disidentes de la coordinadora enviaron una fuerte amenaza a la Presidenta, informando que harán acto de presencia en todos sus eventos públicos “en cualquier parte de la República”, hasta que no se cumplan con las exigencias de su pliego laboral.Y cuarto, el secuestro -desde hace cinco meses- de dos reactores de Pemex por parte de pobladores de la comunidad de Jilotepec, Estado de México, que protestan por la falta de obras públicas y por la inseguridad, provocó la reacción de algunos diputados federales de la oposición, como fue el caso del panista Federico Döring, quien dijo: “En el México de la ingobernabilidad de Morena, los pobladores inconformes han secuestrado reactores de Pemex. Los maestros de la CNTE, a los que no les cumplieron sus promesas, han tomado por asalto la ciudad, se les han sumado los normalistas”.La realidad de México y las reacciones sociales, que orillaron a cambiar la agenda de la mandataria, obligan a que el Gobierno asuma la posición que le corresponde para cumplir y poner orden, porque si no, será una confirmación de una verdadera “ingobernabilidad”.Usted, ¿qué opina?daniel.rodriguez@dbhub.net