Todavía no nos reponíamos de una semana crítica en el tema de las desapariciones que provocó que la Comisión Estatal de Derechos Humanos reclamara ayer a las autoridades una acción más coordinada de prevención del delito, ya que la Ley de Personas Desaparecidas no resolverá el problema sino sólo agilizará protocolos de búsqueda, cuando vino un nuevo fin de semana de severa violencia y ayer una balacera y aparatosa movilización policial por la localización de al menos tres casas del terror en la zona de Chapalita.El sábado por la tarde en pleno Periférico mataron a tiros a un niño de apenas un año y ocho meses junto con sus padres, e hirieron a una mujer y a otra menor que iban en la camioneta cuando ocurrió la agresión, y la semana inició con el enfrentamiento en la mañana en la Colonia Chapalita, que dejó como saldo cuatro fallecidos, 33 detenidos y la localización de personas que estaban privadas de su libertad, así como armas de distintos calibres, equipo táctico, sopletes y explosivos.La llegada de las casas del terror a esta zona de Guadalajara no es cosa menor y es prueba de que no se está generando inteligencia policial con los detenidos, que ayude a descifrar el modus operandi y así parar la aparición de estos espacios delictivos donde se priva de la libertad a las personas, se les tortura, se les mutila y se les mata, y que empezaron a ser comunes desde mediados de 2019. En muchas de estas casas del terror se han encontrado fosas clandestinas que están íntimamente ligadas al problema número uno de la inseguridad en Jalisco como son las desapariciones forzadas.La finca se localizó, como siempre, por reportes que llegaron a la Policía de Guadalajara, y no por alguna investigación sistemática de la Fiscalía del Estado. Una llamada les alertó que en ese domicilio tenían a personas privadas de su libertad, y cuando llegó la Policía a verificar esa denuncia fue cuando se desató la balacera.La mayoría de estas casas del terror se han encontrado porque ha escapado uno o una de las que está en cautiverio, incluso de algunas fincas donde hay vigilantes contratados.Sin embargo ayer, a diferencia de otros operativos, además que no hubo policías lesionados se lograron estas 24 detenciones que ojalá ahora sí contribuyan con sus declaraciones a dar con los responsables de la operación de estás casas que ya no se localizan sólo en la periferia de la ciudad en zonas relativamente aisladas, sino en populosas, y ahora residenciales colonias y sobre calles y avenidas de un alto movimiento vial y de peatones, que supone necesariamente complicidades policiales. Insisto, pues, que las autoridades y las policías federales, estatales y municipales pasen ya de sus hipótesis que todo se debe a las disputas entre los cárteles del crimen organizado que de nada han servido para detener esta nueva expresión de violencia, se coordinen de mejor forma, ajusten sus estrategias e identifiquen a sus elementos que lejos de detener a quienes cometen estos secuestros, les dan libertad de movimientos.
