Es de tal magnitud el fenómeno de la desaparición de personas en Jalisco que obliga a las familias a organizarse en distintos colectivos para multiplicar los esfuerzos de búsqueda. Varios colectivos de familias en búsqueda de sus desaparecidos se han presentado en los dos últimos años tanto en la zona metropolitana de Guadalajara, como en municipios de Tepatitlán, San Miguel el Alto, Chapala, Puerto Vallarta y otras localidades.Junto a este fenómeno de aparición de nuevos colectivos, el otro aspecto significativo en materia de búsqueda de personas, es la entrada en acción de una segunda generación de buscadores. A pesar de que cada familia, cada madre quisiera que la desaparición de un hijo se resolviera lo más pronto posible, la realidad es que en Jalisco hay familias que tienen años buscándolos.Ante el alargamiento de las labores de búsqueda, ya sea por el agravamiento de la violencia organizada que produce las desapariciones o por ineficacia o complicidad de las autoridades, muchas familias buscan por años a sus hijos ausentes. En la mayoría de los casos son las mujeres quienes buscan a los ausentes: madres, esposas e hijas.Muchas madres que buscan a sus hijos desde hace años, ven pasar sexenios y distintas autoridades de todos los niveles sin que se les resuelva su exigencia de tener de vuelta con vida a sus ausentes. Buscar a sus hijos es una tarea extenuante y agotadora. Es en este escenario que los hijos menores de las madres buscadoras se organizan para entrar al quite en la lucha por regresar a los ausentes.El ejemplo lo dieron los hijos de las Madres Buscadoras de Sonora, que dieron vida a Jóvenes Buscadores de Sonora para colaborar con sus madres en las tareas de localización de sus hermanos ausentes. Así como su madre Cecilia Flores Armenta fundó Madres Buscadoras de Sonora, Milagros Valenzuela Flores decidió convocar a otros hijos de madres a fundar Jóvenes Buscadores de Sonora.Este colectivo, como se recuerda, vino a Jalisco en febrero pasado a colaborar con colectivos de la entidad a hacer tareas de búsqueda directa y no esperar a que las fiscalías o las autoridades busquen a sus hermanos a la medida de los tiempos de la burocracia. La búsqueda en campo rindió frutos. De acuerdo a los datos de los buscadores de Sonora, los trabajos en Jalisco, entre el 21 al 26 de febrero, les permitieron encontrar 81 cuerpos completos en varios sitios de enterramiento clandestino en Tlajomulco.Gracias al empuje de las familias organizadas de Sonora, se animó a hermanos e hijos de desaparecidos a formar Jóvenes Buscadores de Jalisco, que el pasado fin de semana llevó a cabo su primera jornada de búsqueda en campo, de nuevo en varios fraccionamientos de Tlajomulco. Entre los integrantes de Jóvenes Buscadores de Jalisco se encuentra Berenice, de apenas 17 años. Berenice forma parte de la familia Camarena, que lamentablemente tiene cinco hijos desaparecidos. Lucero Ávalos Camarena, desaparecida en junio de 2016 en Periférico y carretera a Chapala, es madre de Berenice, quien el pasado viernes 1º de abril cumplió años justo mientras arrancaba la primera jornada de jóvenes buscadores. Cuatro tíos de Berenice (José de Jesús Martínez Camarena, Ernesto Padilla Camarena, Tonatiuh Ávalos Camarena y Oswaldo Javier Ávalos Camarena) fueron desaparecidos por policías municipales de Ocotlán, en diciembre de 2019. Otra integrante de Jóvenes Buscadores de Jalisco es Kristian. de 23 años y quien busca a su mamá, Virginia Muñoz González, integrante de la policía de Guadalajara, quien tiene un año desaparecida. Kristian es la mayor de cinco hermanos, todos mayores de edad y dice estar empeñada en dar con el paradero de su madre. En el colectivo de Jóvenes Buscadores de Jalisco hay hijos, hermanos y primos que se suman a las tareas de búsqueda que sus madres vienen llevando a cabo por años. En sus redes sociales, Jóvenes Buscadores de Jalisco se presenta como “una red de jóvenes entre los 17 y 27 años que unidos por amor y decisión buscamos a lxs desaparecidxs en vida y en campo”. La entrada a la lucha por buscarlos en vida de esta segunda generación de buscadores, sin duda fortalecerá el trabajo de las familias organizadas, lo cual es alentador para miles de familias que tienen hijos ausentes. Pero ojalá no existiera la necesidad en este estado de tener ni primeras, ni segundas generaciones de buscadores. Ninguna madre, ninguna hija o primo debería estar buscando a un desaparecido. Debemos terminar esta barbarie. rubenmartinmartin@gmail.com / @rmartinmar