Es lo deseable que en la reunión de presidentes y propietarios de los 10 equipos que conforman la Liga Mexicana del Pacífico (LMP), que se desahogó ayer, se hubiese tratado de iniciar quizá un análisis y ulterior discusión para llegar a puntos de acuerdo sobre dos temas importantes: lo relativo al inicio de la campaña 2020 y el asunto jurídico en que se encuentra inmerso el equipo de los Venados de Mazatlán.Debió ser prioridad entre los hombres de pantalón largo de la Liga invernal revisar las restricciones sanitarias y escenarios relativos a cómo y cuándo podría arrancar y desahogar la campaña 2020-2021 y las repercusiones al respecto que tienen que ver con el funcionamiento de la Liga Mexicana de Béisbol (LMB), que no ha podido arrancar, dado que como sabemos teniendo fecha ordinaria de inicio el 6 de abril pasado, hubo de posponer la apertura a causa de la pandemia por Coronavirus, para pensarse que podría comenzar su desahogo, pero ya se dijo que será imposible y se están barajando opciones diversas. Hay incluso sesgo o posibilidad de que por las circunstancias mencionadas pueda no llevarse a cabo la campaña este año, y el tema de que se pudiese empalmar y provocar problemas al beisbol invernal en el supuesto de que se insista en que se juegue.El otro asunto a tratar es el conflicto en el que está inmersa la organización beisbolera de los Venados de Mazatlán, que enfrenta un problema jurídico, pero al mismo tiempo político con las autoridades municipales del puerto mazatleco, asunto que ha enturbiado de alguna forma a toda la Liga porque significa mucho en cuanto a cuál será la posibilidad de que la franquicia de los Venados, que es propiedad de los empresarios porteños sinaloenses José Antonio Toledo Ortiz y su hijo José Antonio Toledo Pinto, pueda resolver dónde jugar si es que no logra un acuerdo con la autoridad municipal, quedando de fondo el asunto de dónde podría llevarse la edición número 64 de la Serie del Caribe, que está programada para efectuarse la primera semana de febrero de 2021 en el estadio de Mazatlán, que ahora está peligrando.Existen planteamientos diversos en cuanto a cómo podría resolverse el tema de llevar adelante sin contratiempo alguno la temporada próxima de la LMP sin ser afectada por la LMB.Y en ese marco, quizá lo importante es que ahora existe mejor diálogo entre los dirigentes de las dos Ligas y el tema deberá resolverse mediante acuerdos y concordia. Además, podemos advertir un factor fundamental, la mano presidencial a través de Edgar González Sabin, director de la Oficina de Presidencia para la Promoción y Desarrollo del Béisbol (PROBEIS), que de alguna forma se podría convertir en un gran mediador dada la afición por el beisbol del primer mandatario de la nación y los apoyos que pudieran recibirse.Hay incluso voces que hablan de que por esta única ocasión podría surgir un programa piloto de una sola Liga unificada que funcionara desde los últimos días de julio o principios de agosto hasta finales de diciembre con una Postemporada en enero, en la cual jugaran todos los equipos de ambos circuitos buscando las sedes para desahogar en grupos de juego regional con un esquema que permitiera la participación de todos.Sin embargo, habría que revisar en qué equipo participarían muchos peloteros que juegan en la LMB y la LMP, tendría que haber un draft, y una nueva forma de organización.Y ya en el caso de Mazatlán tendrá que haber una gran mediación y será preciso acudir a instancias de fuerza moral superior para que se pueda llegar a buen puerto y no peligre la Serie del Caribe.bambinazos61@gmail.com @salvadorcosio1
