Hay quienes se preguntan el porqué del fenómeno López Obrador entre los jóvenes. Y quisieran saber, como si fuera una tesis oculta, por qué confían en que promoverá un cambio donde ellos tendrán espacio. No es un secreto y tampoco se trata de las cualidades de AMLO. Resulta de una ecuación fallida que desde hace varios sexenios han implementado quienes desde la Presidencia del país, ya del PAN, ya del PRI, relegaron a los jóvenes de su posibilidad de incorporarse al crecimiento del país como la población pivote del desarrollo.Elemental, mi querido Watson. Porque la realidad que viven los jóvenes es no sólo dura sino excluyente. Se les ha dejado en esa zona de violencia donde pueden ser presa de todo, también de la muerte.Baste ver los resultados del Informe del Observatorio de Salarios 2018, que expone que dos de cada tres asalariados de entre 15 y 29 años, en México, trabajan en condiciones de precariedad: ganan entre 88.36 y 265 pesos diarios, y no cuentan con seguridad social. Es decir el 66% de los jóvenes se encuentra en esta situación de vulnerabilidad. Y aunque tengan empleo, la realidad es que este grupo vive por debajo de la línea de pobreza. Población de la que sólo el 5.25% gana más de cinco veces el salario mínimo. Cifras que no dejan posibilidad de presumir. Jóvenes que viven en pobreza, realidad negada por quienes, en la toma de decisiones nacionales y estatales, han sido ensordecidos por su indiferencia y las armadas mentiras de sus cercanos... gabinetes responsables de la escenografía, pero también del enojo que se mueve bajo el volcán.Porque desde los sexenios del PAN hasta la fecha, las autoridades saben que a dos de cada tres jóvenes este sistema los expulsa, y que sólo a un tercio se les ofrecerá la posibilidad de salir adelante. Pero ninguno de los encargados de dirigir el país les ha preocupado esta cifra más allá de las estadísticas. Ninguno se ha interesado hasta el punto de revertir esta tendencia que dará un voto de castigo en búsqueda del indispensable cambio. Uno que los jóvenes piensan sería su oportunidad de sumarse a la construcción del país. Aunque quizá, sólo quizá, la realidad resulte más compleja. Jóvenes, dejados fuera del sistema económico y social, vueltos carne de cañón del crimen organizado, sociedad sorda y ciega que se ocupa de su bienestar material y que ha abandonado los ideales como el objetivo final de la vida. Y aunque, hoy, hay más empleo que en años anteriores... es empleo precario, muy precario y mucho de ello sin seguridad social, por muchos festejos que se hagan. Porque 57% de la población y 66% de los jóvenes no tienen acceso a la seguridad social. Mucho menos a prestaciones como vacaciones o aguinaldo, expone, en entrevista el investigador del Instituto de Investigaciones para el Desarrollo con Equidad (Equide), Reyes Hernández. Para agregar que México es el país que ofrece a sus jóvenes el salario más bajo de toda Latinoamérica.Entonces, que los jóvenes escuchen el canto que viene del mar en la búsqueda de un equitativo cambio no es extraño... Para ellos, es eso o la miseria. Un voto abrumador que resultará de la irresponsabilidad de quienes han dirigido este país, y que han puesto las negativas condiciones para entregar a los jóvenes al sueño ilusorio de las sirenas.
