Más allá de los gestos políticos, que fueron muy importantes, sobre todo la institucionalidad, las promesas de López Obrador para Jalisco no van mucho más allá de los programas federales que está proponiendo: becas para universitarios y estudiantes de media superior, beca empleo para jóvenes y precios de garantía al maíz y la leche. Lo específico para el Estado es una línea más de Tren Eléctrico.Lo más importante sin duda son las becas para jóvenes. Aunque los críticos le encuentran muchos defectos a este tipo de acciones calificadas como paternalistas, tienen, creo yo, muchas más ventajas que desventajas. En el fondo se trata de rescatar a miles de chavos de las manos del crimen organizado. Asegurarles un ingreso a los estudiantes permitirá no sólo que baje la deserción y aumente el nivel educativo de esa generación, sino que les dará independencia en sus decisiones. Pero más importante es la beca-empleo. Esos jóvenes, los que no tienen acceso al empleo ni al estudio, los llamados ninis, son la base de explotación y crecimiento del crimen organizado. No sé si con esto baste para detener el desarrollo de las pandillas y los grupos criminales, pero es la primera vez que se intentará lago serio al respecto.Establecer precios de garantía al maíz y la leche significa regresar a un esquema de subsidio usado el siglo pasado y abandonado por sus perversiones. Pero, hay que dejarlo claro, en su lugar se creó otro esquema igual o más perverso. El maíz nunca a ha dejado de recibir subsidios, y tanto distorsiona el esquema de precios de garantía como el actual de subsidio por hectárea, donde los grandes productores son los más beneficiados y la cadena de control es más corrupta. Una buena parte de los productores de maíz en Jalisco trabaja ya con agricultura por contrato, es decir, tienen el precio establecido desde antes de la siembra y no necesitan precios de garantía. En el caso de la leche, la política de precios de garantía va a bajar la presión de los lecheros de los Altos, pero el problema es mucho más profundo, es de mercado, y requiere un cambio de visión de toda la cadena productiva del sector lechero. Dicho en pocas palabras, con o sin precios de garantía la industria lechera de Jalisco tiene que cambiar.Una línea más de Tren Eléctrico suena muy bien, pero no dijo cuándo ni cuál, lo que habla de que no hay aún un proyecto ejecutivo aprobado. Hay que tomarle la palabra al Presidente, hacer los proyectos y trámites necesarios y, con suerte, la veremos terminada a fin de sexenio, si es por superficie. Más importante, me parece, es asegurar el Peribús, que es el que más demanda tiene y el que más contribuye al sistema de movilidad, y ampliar la Línea 2 hacia Tonalá, en el Oriente y hacia la Minerva en el Poniente.Pero bueno, digamos que, en la relación con Jalisco, la visita del Presidente electo fue un buen primer saque.Diego Petersen Farah (diego.petersen@informador.com.mx)