En la doceava visita presidencial a Jalisco fue evidente que han sido insuficientes los esfuerzos mutuos por superar las diferencias y encontronazos que han tenido desde hace casi una década que luego de ser aliados políticos rompieron en la elección presidencial del 2012 cuando el entonces candidato Andrés Manuel López Obrador le reclamó al candidato a gobernador Enrique Alfaro haberlo traicionado. El encono creció en la elección del 2018 en la que ambos lograron su objetivo, uno de llegar a Palacio Nacional y el otro al Palacio de Gobierno, siendo adversarios políticos.Aun sin iniciar sus responsabilidades gubernamentales, el distanciamiento entre el ya Presidente electo y el gobernador electo escaló por los estridentes reclamos de mayor presupuesto y por la designación de los súperdelegados en cada entidad, y que en Jalisco tocó al candidato de Morena, que venció en la elección, Carlos Lomelí.La estrategia inicial de Alfaro de convertirse desde el día uno de su gestión en el gobernador más contestatario al líder de la 4T desaprobando en un primer momento sus políticas de seguridad, su guerra contra el huachicol, acusándolo de permitir desestabilizaciones contra su gobierno desde los “sótanos del poder de la Ciudad de México” e impulsando un bloque opositor y la alianza federalista, puso la relación entre Jalisco y la Federación prácticamente en cero.Hace un año decidió cambiar de ruta, al hacer lo propio para que el partido Movimiento Ciudadano no fuera en la alianza PAN-PRI-PRD en la elección intermedia de junio pasado y al dejar su activismo en la Alianza de Gobernadores que le exigían a AMLO más presupuesto e incluso haciendo quitas presupuestales a la UdeG como para alinearse a las críticas presidenciales contra su ex aliado Raúl Padilla López, todo para lograr un tregua con López Obrador.Esta se consiguió y se ha mantenido el último año y prueba de ello es que al menos en el discurso ayer el Presidente dijo llevar una buena relación con el Gobernador, pero en la realidad esa tregua sigue lejos de redituar los apoyos que para sus proyectos estratégicos Alfaro calcula en al menos 30 mil millones de pesos si sumamos los mil 200 millones de pesos para rehabilitar la Red Calderón y El Salto y no volver a padecer desabasto en el próximo estiaje; los 8 mil 528 pesos para retomar la Presa El Purgatorio y su bombeo a la Zona Metropolitana; los al menos 3 mil 642 millones que faltan para concluir la controvertida presa El Zapotillo; los 13 mil 500 millones para la Línea 4 del Tren Ligero; y los 4 mil 200 que falta para concluir el Peribús.Ayer en Zapopan, el Presidente en su mañanera se limitó a decir que aunque hay diferencias con el gobierno de Jalisco, estás nunca influirán en falta de apoyos en seguridad y salud. Alejado de su personal estilo impositivo, Alfaro intentó matizar agradeciendo el apoyo del Presidente en materia de seguridad, preguntando si podía comentar de otros puntos y asegurando que hay otros temas en los que tampoco había diferencias con AMLO.Así que por el bien de Jalisco ojalá pronto fluyan los recursos federales para las obras de movilidad, para la Presa El Zapotillo y para la Línea 4 del Tren Ligero, temas de los que aseguró el gobernador, platicó en privado con el Presidente, pese a las evidentes desconfianzas políticas y hasta personales que persisten entre ambos, y que como gobernantes están obligados a hacer a un lado para cumplir a sus gobernados.jbarrera4r@gmail.com
