Lunes, 29 de Abril 2024

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2024

Por: Luis Ernesto Salomón

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Los años vienen programados por eventos que nos condicionan. Algunos de ellos involucran a las comunidades y las naciones enteras. De entre los eventos puestos en el calendario, las elecciones se han convertido en puntos de referencia no solo en el ámbito político, sino que afectan prácticamente a muchos aspectos de nuestra vida ordinaria. El 2024 viene con dos elecciones que serán determinantes para el futuro de las personas mexicanas y de quienes viven en la región Norteamericana: en junio estamos llamados a elegir Presidente de la República en México y en noviembre en los Estados Unidos. Al mismo tiempo, se votará por decenas de miles de representantes en estados, municipios, condados y otras iniciativas ciudadanas del otro lado de la frontera.

En Estados Unidos, todo indica que será elegido un Presidente de edad avanzada: Donald Trump tiene 77 años y Joe Biden, 81. Mientras que en México habría, por primera vez, una Presidenta. Pero lo más significativo de estos procesos electorales no son los protagonistas en sí, sino las propuestas que sustentan de cara al futuro compartido. La migración será no solamente un tema de la campaña electoral estadounidense, como ya lo ha sido en elecciones anteriores, sino que ahora apunta a convertirse en un hecho social cada vez más relevante para los mexicanos que estamos acostumbrados a verlo como un tema un tanto ajeno. En promedio, en las últimas semanas, la cantidad de personas detenidas en la frontera México-Estados Unidos ha llegado a más de 10 mil personas cada día. Eso significa que la inmensa mayoría de ellas serán regresadas a México, generando una creciente presión social en algunas ciudades fronterizas. Para tener una idea, pensemos que en un mes recibiríamos hasta 300 mil personas y que al año podrían ser millones. Esto no es una proyección, sino un hecho que está sucediendo ahora mismo, agrega un componente político a la relación bilateral, y la forma de abordarlo será motivo de las narrativas de las campañas electorales del otro lado de la frontera.

Las presiones para que México tome acciones más decididas para recibir más migrantes de forma definitiva, para que aumente el número de trámites de refugio y asilo, como para que contenga con vigor las oleadas de migrantes en la frontera sur han subido de nivel en los últimos meses. Las autoridades locales de Texas y otros estados están en pie de lucha dispuestas a hacer pagar un precio a México, mediante el cierre de la frontera al tráfico comercial, lo que ya ha provocado daños económicos y tensión diplomática.

Trump ha amenazado no solo con mantener ese ritmo de detenciones sino con deportar a cientos de miles de personas a México que ahora viven en Estados Unidos, una propuesta muy popular entre los sectores conservadores. Mientras que Biden se ha visto obligado a endurecer también sus acciones al grado de incrementar no solo las detenciones sino aumentar la presión política sobre México.

Del lado mexicano no ha habido pronunciamientos notables en las aspirantes que tratan el tema con extremo cuidado, dejando al actual presidente el mayor campo de maniobra, que seguramente se irá reduciendo a medida que se aproxime el día de la elección. ¿Qué hará México con una ola de detenciones y deportaciones, y cómo se lidiaría con una crisis humanitaria que parece gestarse poco a poco en la frontera, es una incógnita ahora. Las medidas tomadas en últimas fechas parecen ser solo acciones paliativas y coyunturales. La migración es y será por muchos años un tema de atención creciente que debe ser abordado con criterios distintos al policial y a la contención coyuntural. Ha llegado la hora de establecer mecanismos eficientes de gestión de un hecho social que debe poner a la dignidad de la persona en el centro. La mejor forma de tener certidumbre y seguridad es establecer medidas humanitarias y controles eficaces que pongan término a la operación de bandas de traficantes y a los abusos que se cometen de ambos lados de la frontera. Tomar la iniciativa para poner una agenda humanitaria es esencial incluso para negociar en mejores condiciones aun en los escenarios más negativos. La política migratoria debe ser un tema central y transparente.

luisernestosalomon@gmail.com
 

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