Suele decirse que los premios no prestigian a quienes los reciben; al revés: quienes los reciben prestigian a los premios.El tema es discutible. Guillermo del Toro, por ejemplo, sería un extraordinario cineasta aunque no le hubieran otorgado el Oscar, como Gabriel García Márquez no necesitaba el Premio Nobel de Literatura para ser un novelista genial.Lionel Messi acaba de recibir el trofeo “The Best” de la FIFA -ex aequo con Megan Rapinoe en la rama femenil, con todo y que ésta se encuentra aun en una fase incipiente de su desarrollo- como el mejor jugador de la última temporada, a nivel mundial.Hubo dudas sobre sus merecimientos. Se objetó que su cosecha de títulos se limitó a la Liga española con el Barcelona, ya que en la Champions League con su equipo y en la Copa América con la selección argentina terminó con las manos vacías. Hay quienes estiman que Cristiano Ronaldo, ahora en Juventus, y Virgil Val Dijk, del Liverpool, tenían tantos o más merecimientos que “La Pulga” para la presea.Messi, como todos los galardonados -en todas las disciplinas imaginables- que en el mundo han sido, no es monedita de oro. De ninguna de esas distinciones se ha sabido que hubiera habido unanimidad; si eventualmente la hubo por parte de los jurados que las otorgan, no la hubo de los críticos que supuestamente las ponderan con criterios objetivos…, ni mucho menos de los aficionados que lo hacen con el apasionamiento al que, por lo demás, tienen pleno derecho.En todo caso, aunque Ronaldo y sus panegiristas alimenten cierto resentimiento porque el desenlace de la película favoreció esta vez a Leo, es probable que haya consenso en que Messi ha sido, si no el mejor en términos absolutos, porque no hay parámetros objetivos -como sí los hay para identificar al vencedor de una carrera de velocidad o de resistencia- que permitan hacer una valoración indiscutible, sí, sin duda, uno de los mejores futbolistas de todos los tiempos.Lo que fueron DiStéfano, Pelé, Cruyff o Maradona en el pasado: estrellas de primera magnitud en la galaxia del deporte, que eclipsaron a los Labruna, Sívori, Leónidas, Ademir da Guia, Puskas, Kubala, Gerson, Platini, Beckenbauer, Zico, Zidane y algunas decenas más que alcanzaron, a plenitud, el rango de ídolos… pero se quedaron a un paso de llegar al de semidioses del olimpo del futbol.
