De los grandes favoritos para ganar el Mundial en curso, uno queda vivo: Francia; de hecho, el menos favorito de los cuatro que llegaron a Rusia con esa calidad… Los otros tres ya desfilaron con cajas destempladas: Alemania —campeón defensor—, desde la primera ronda; España, en Octavos; Brasil, ayer, en Cuartos.A pesar de los sopapos que la maldita realidad les ha dado en lo que va del certamen, los “expertos” siguen hurgando en la esfera de cristal, advertidos de que esta será, necesariamente, una Final inédita. De hecho, la gran interrogante es si los astros se alinearán de tal manera que Suecia y Bélgica disputen el encuentro del que saldría el campeón que, hasta donde está documentado, ninguno de los miles de millones de especialistas en futbol que hay sobre la faz de la Tierra, fue capaz de imaginar.*Uruguay y Brasil se sumaron, muy a su pesar, a la lista de las escuadras latinoamericanas para las que concluyó la fiesta...En el caso de las que las precedieron en el regreso (sin gloria) a casa, es público y notorio que en Argentina la opinión pública califica de “fracaso” el episodio. En Colombia, por contrapartida, se recibió a los cafetaleros con manifestaciones de regocijo, en el entendido de que, por dolorosa que hubiera sido su caída, su actuación fue más que decorosa.En Costa Rica quedó la sensación de que sus representantes se quedaron por debajo de la muestra del Mundial anterior. En Panamá se dio el rango de proezas a logros como el primer gol en un Mundial (“el del honor”, como decían los cronistas antiguos, en la derrota ante Inglaterra por 6-1) o el que hizo decorosa la caída ante Túnez por 2-1.En México, Juan Carlos Osorio pasó, sin transición, de héroe nacional a raíz de las victorias sobre Alemania y Corea, a traidor a la patria a causa de las derrotas ante Suecia y Brasil.*En Uruguay, además de las lecciones de deportividad que esta vez dieron los celestes, Godín dejó en claro que sería injusto culpar de la derrota al héroe de muchas victorias (Muslera). En Brasil, en cambio, hay analistas que hablan de fracaso y aun de “vergüenza”… con lo que se demuestra que en estas latitudes no tenemos la exclusiva, ni mucho menos, en la manía de analizar las derrotas con el hígado.
