En el cuento de los dos cautivos que se acercaron a la claraboya de su celda, uno vio el lodo de la calle; el otro, las estrellas… Aplicada la analogía al partido que las Selecciones de México y Argentina disputarán esta noche en San Antonio, hay quienes reparan en que el “Tri” no ha ganado ninguna de las nueve confrontaciones que ha tenido con los pamperos en los últimos 15 años, y que tiene números rojos en esos encuentros; otros prefieren poner el acento en la racha de once partidos sin derrota que suma Gerardo Martino desde que asumió el mando del seleccionado mexicano.Cualquiera diría que, en esas circunstancias, en el ánimo de encontrar una salida salomónica, el empate dejaría conformes a todos: a unos, porque se agregaría un capítulo más a la historia de la hegemonía argentina sobre México; a otros… porque Martino seguiría invicto como técnico nacional.En el fondo, los dos enfoques se quedan en el terreno de la anécdota. Como muy frecuentemente sucede cuando se trata de partidos amistosos -y los de las Fechas FIFA, como este, no dejan de serlo… por más haberlos institucionalizado les ha añadido cierta formalidad-, para jugadores y entrenadores, al menos en el discurso, “hay otras prioridades”…Para Martino, entre tales prioridades se encuentra avanzar en el dominio de la línea de juego que ha impuesto desde su llegada. A diferencia de Juan Carlos Osorio, su predecesor, que tenía en su “librito” el concepto de modificar continuamente sus alineaciones y de asignar a sus jugadores funciones diferentes a las que de ordinario desempeñaban en sus equipos -las famosas “rotaciones”-, con la intención de no enseñar sus cartas al adversario, Martino opta por la ortodoxia: la repetición permite dominar un estilo... A Osorio, en general, su manera de matar pulgas le permitió clasificar al Mundial de Rusia con menos angustias y menos sobresaltos que a sus antecesores. Para Martino, la prueba de fuego será la eliminatoria mundialista.Si en la Copa Oro, porque varios seleccionados habituales esgrimieron diversos motivos o pretextos que para no ser llamados, Martino tuvo que echar mano de varios jugadores que normalmente no habrían sido convocados, los resultados demostraron que eran elementos solventes, confiables, elegibles.El examen de hoy, en todo caso, tendrá, casi seguramente, un sinodal más exigente que el del viernes pasado.
