Hace cuatro años, el destino, el azar o lo que usted quiera y mande, también colocó a Brasil en el camino de México en el Mundial. Brasil tenía, entre muchas otras -la historia, sus títulos, sus figuras…- la ventaja de ser local. Ochoa, con seis intervenciones que desataron entre los cronistas una competencia de calificativos (“extraordinarias”, “portentosas”, “descomunales”…: usted ya sabe cómo son los cronistas cuando sacan a relucir su más florido repertorio de ditirambos), bajó la cortina y fue protagonista de un 0-0 que, por supuesto, no estaba presupuestado.México y Brasil se enfrentaron en la Final de la Copa Confederaciones en agosto de 1999, en el Estadio Azteca; había el antecedente de que, como no fuera en encuentros amistosos, México era, de ordinario, víctima de los brasileños. El resultado, empero, favoreció a los mexicanos por 4-3… Volvieron a enfrentarse 13 años después, en Londres, en la Final del Torneo Olímpico de Futbol. Con la consigna de conseguir el oro en ese certamen por primera vez en su historia, “Brasil -como reza uno de tantos tópicos del deporte- hizo el futbol”; pero como Peralta (que está en Rusia al lado de Chuy Corona, Fabián y Jiménez, sus compañeros en aquella aventura) hizo los goles, México, de nuevo contra la historia, de nuevo contra los pronósticos, hizo suya la medalla en la que muy pocos mexicanos soñaron.*Se trata de decir, con lo anterior, que, de cara al enfrentamiento que mexicanos y brasileños sostendrán el lunes próximo, la moneda está en el aire…Para empezar, de antemano se sabía que ese encuentro era previsible si Brasil terminaba primero de su grupo y México segundo del suyo, como sucedió; que Suecia, en éste, y no Alemania, fuera primero, no modificó, en lo esencial, el script del “Tri”.*También se incluía, de antemano, a Brasil (como a España, Francia y Argentina) en casi todas las quinielas… aun a sabiendas de que en un Mundial de futbol es frecuente que los aprendices de adivino terminen en el rincón, de cara a la pared, tocados con el capirote de los tontos.De donde se infiere que México llegará a su cuarto partido del Mundial en curso en las mismas circunstancias en que llegó al primero, contra Alemania: en calidad de víctima.Menos mal que en este juego es bastante común que los patos le tiren a las escopetas…