Viernes, 19 de Abril 2024

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- Pesadilla

Por: Jaime García Elías

- Pesadilla

- Pesadilla

Chiste (malo) de temporada:

El tipo asestaba al niño rotundos martillazos en la cabeza.

-¿Qué haces, bárbaro? -le preguntó un curioso.

-Le mato los piojos ...

-II-

En esas estamos. (Mejor dicho: en esas seguimos…). El fin de semana fue una auténtica pesadilla para miles de habitantes de esta “Tierra de Dios y de María Santísima”, y anexas. El espectáculo habitual de los domingos se modificó drásticamente. La gente que aprovechaba el asueto para levantarse tarde, esta vez madrugó para integrarse a las kilométricas filas en las gasolineras… cerradas. Algunos abandonaron el automóvil y caminaron hasta las estaciones de servicio, para sostener diálogos que se multiplicaron hasta la enésima potencia.

-¿Saben a qué horas llegarán las pipas a surtir…?

-Ni idea…

En efecto: como en la vieja serie radiofónica de “El Monje Loco”:

-Nadie sabe, nadie supo…

-III-

Frases que se han vuelto repetitivas; frases que son hermanas carnales de la igualmente reiterativa declaración presidencial (”¡Paciencia...!”) como replica a la “exigencia” de miles de ciudadanos -el gobernador de Jalisco entre ellos- para que (con la venia de Pito Pérez) “El Supremo Gobierno, que no se Equivoca Nunca”, dé una explicación plausible o fije un plazo para, primero, exhibir ante la opinión pública a los autores del saqueo sistemático de combustibles que supuestamente se intenta combatir, y, segundo, para salir de esta pesadilla y volver a la normalidad. Una normalidad, dicho sea de paso, que dista mucho de ser paradisíaca, pero que, en comparación, resulta bastante llevadera.

Se admite que para erradicar del organismo un tumor canceroso como el que se pretende extirpar, haya que pasar por un proceso cruento y costoso. Se admite, planteado con otras palabras, que a veces, para que paguen los pecadores, también tienen que pagar los justos… Lo que ya no queda tan claro es hasta dónde se calcula o se pretende que tienen qué llegar la paciencia y el sacrificio de los justos (molestias, contratiempos, afectaciones al sector turístico y a la planta productiva por el entorpecimiento en el suministro de productos básicos; perjuicios para miles de asalariados -empleados y trabajadores de las gasolineras, entre otros-…) para que empiecen a conocerse los nombres de los pecadores y se sepa que ya se iniciaron los procesos penales para que, conforme a la ley, paguen por sus delitos.

En tanto, habrá que seguirle dando martillazos en la cabeza al niño, porque no se ha discurrido un método mejor para matarle los piojos.

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