Es curioso: mientras, por una parte, los medios difunden, a profusión, notas informativas y crónicas, pletóricas de colorido, relacionadas con los foros, mesas redondas, diálogos, encuentros, conferencias magistrales, presentaciones de libros y un largo etcétera, en el marco de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL), llegan, por la otra, los resultados más recientes del Programa Internacional para la Evaluación de Alumnos (PISA).De lo uno, el triunfalismo: los nombres de las Vacas Sagradas de todas las ramas del saber y, por supuesto, de las letras; las cifras relacionadas con las editoriales que se dan cita y con los cientos de miles de personas que concurren, como el tópico reitera, a “la feria del libro más importante del continente y la segunda del mundo”.De lo otro, noticias desoladoras: de los 79 países -entre los cuales los 36 miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) a que pertenece México- en que se evaluó a los estudiantes en matemáticas, lectura y ciencias, de cada cien mexicanos uno alcanzó los niveles más altos en el examen; en cambio, 35% de los mexicanos examinados “no obtuvo el nivel mínimo de competencias para seguir estudiando” y aspirar a alcanzar una participación plena en la sociedad.-II-Parte del ceremonial de la clausura de la FIL -ya se verá el próximo domingo- es la “numeralia” que da cuenta de editoriales presentes, escritores asistentes, personas que ingresaron, eventos paralelos (relacionados con los libros) o tangenciales (otro tipo de manifestaciones culturales, de ordinario a cargo del país “invitado de honor”)…; eventualmente, la cantidad de libros vendidos.Lamentablemente, el último dato casi siempre omite lo más importante: por una parte, considerando que en la FIL alternan equitativamente, conviven fraternalmente y se ponen a disposición del público la paja y el grano, cuáles son los títulos más vendidos; por la otra, saber cuántos de los libros que adquirieron los voraces, insaciables -pensaría uno- bibliófilos tapatíos en la FIL del año pasado, realmente se leyeron.-III-En el otro aspecto, cuando ocasionalmente se plantean, a nivel oficial, propuestas para evaluar y estimular la superación de los maestros, en beneficio de los educandos, surge, en compensación, a tenor de las protestas, la complacencia gubernamental con un gremio al que se quiere mantener como aliado para propósitos electoreros, pero que desde hace generaciones se ha caracterizado por la mediocridad y la corrupción… con los lamentables resultados que están a la vista.
