Martes, 16 de Abril 2024

LO ÚLTIMO DE Ideas

Ideas |

- Matones

Por: Jaime García Elías

- Matones

- Matones

Hay un fenómeno social más letal (o “más matón”) que el coronavirus: los “ajustes de cuentas” entre grupos delincuenciales.

-II-

La obsesión -inevitable, por lo demás- por la pandemia, remitió al “archivo muerto” el tema de la violencia. Un tema que todos los días incorpora episodios que lo mismo se documentan en los “macabros hallazgos” de uno o varios cadáveres al día en brechas, barrancos, caminos vecinales, callejuelas apartadas y hasta lotes baldíos en cualquier colonia de la ciudad, que en el descubrimiento de fosas clandestinas en que se encuentran restos humanos, “muchos de ellos en secciones o segmentos”.

En la columna de dichos hallazgos hay números: en enero, 18 cuerpos y más de 300 segmentos en “Lomas de El Mirador” (Tlajomulco de Zúñiga); 26 bolsas con restos humanos en Matatlán (Tonalá); un número indeterminado en San Juan Cosalá (Jocotepec); diez cuerpos “y (más) restos humanos” en cinco fosas en Lagos de Moreno; “185 indicios y restos humanos” en “Vistas del Centinela” (Zapopan); en febrero, cifras imprecisas de restos en Lagos de Moreno, y “dos fosas” (no más datos) en “El Varal” (Juanacatlán); en abril, un cuerpo semienterrado y quizá más restos en “La Calerilla” (Tlaquepaque); en mayo, ocho bolsas con restos humanos en “Los Belenes” (Zapopan), y 25 cuerpos y cinco bolsas “con restos” en “La Piedrera” (El Salto)… más, seguramente, otros de los que hasta ahora no hay indicios.

Hay números… pero no hay nombres. Pudiera haber correspondencia entre los restos encontrados y las centenares de denuncias por desapariciones que se acumulan en las dependencias públicas; empero, las “carpetas de investigación” que supuestamente se abren cada vez que se hace un hallazgo de ese tipo, casi (o sin el “casi”) nunca se cierran. En la inmensa mayoría de los casos, ni siquiera se consigue identificar a las que casi seguramente fueron víctimas de delitos.

-III-

La “explicación” de las autoridades es grotesca; sería cómica si no fuera trágica: “Son delincuentes; se matan entre ellos…”. Peregrina hipótesis, puesto que se desconoce la identidad tanto de víctimas como de victimarios… Tácita confesión, al final de cuentas, de la impericia de los dizque “investigadores”, de la inexistencia de un aparato de “inteligencia” que permita esclarecer los delitos, y, obviamente, de la absoluta falta de una estrategia para prevenirlos.

Como un milagro no suceda, todo indica que estamos mucho más cerca de disponer de la vacuna contra el coronavirus… que de la que nos proteja de la delincuencia.

Temas

Lee También

Recibe las últimas noticias en tu e-mail

Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día

Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones