De los personajes que formaron parte del aparato gubernamental en tiempos de “la mafia del poder”, como dijera el clásico, a uno se le extraña. Se trata de Rubén Aguilar Valenzuela. El que fuera vocero del entonces Presidente Fox, se volvió célebre por una expresión recurrente en sus encuentros con la prensa:-Lo que el Presidente quiso decir…Tras esa muletilla, venían los intentos de aclaración, explicación, justificación o puntualización solicitadas por los reporteros, a raíz de declaraciones de su jefe, que habían dado lugar a confusiones, malentendidos o tergiversaciones.-II-Sería muy saludable que cualquier mortal dotado de los atributos que tenía Aguilar Valenzuela para desfacer los entuertos verbales (o mentales) de su jefe, apareciera en escena y aclarara “lo que el Presidente -el actual- quiso decir” a propósito de ciertos recientes episodios de violencia.Concretamente, la denuncia del Comité de Derechos Humanos (CDH) de Nuevo Laredo, en el sentido de que la versión oficial de que tres mujeres y cinco hombres cayeron abatidos en un enfrentamiento de miembros del Cartel del Noreste con militares, el pasado 5 de septiembre, había sido un burdo montaje de la Policía. El CDH aportó pruebas de que las ocho víctimas habían sido secuestradas, ejecutadas y trasladadas por las “fuerzas de seguridad” al lugar en que fueron encontradas.Lo que el Presidente dijo, a propósito del hecho, fue que “no se van a tolerar” ejecuciones extrajudiciales en su Gobierno”; que “no se permiten tiros de gracia, rematar heridos, masacres, a nadie”, y “que las instancias investiguen, y si hay responsabilidad, que se castigue”.-III-Lo que quiso decir... está por verse: si esos crímenes “se toleraban” o “se permitían” en el pasado, o si esas conductas quedaban, vía de regla, sin el esclarecimiento y las sanciones correspondientes, simplemente por incompetencia de las autoridades; si en la actualidad -en plena “Cuarta Transformación”- las reglas se han modificado. De paso, qué se ha hecho para hacer eficaces a los organismos encargados de administrar justicia, que tradicionalmente han sido ineficaces; qué elementos objetivos hay para esperar, en fin, que en la historia de horror que actualmente vive Guadalajara (el hallazgo -hasta ayer- de 119 bolsas con restos humanos en un predio de La Primavera, municipio de Zapopan), se identifique a las víctimas, se identifique y sancione a los criminales…, y, de haberse tratado de ejecuciones extrajudiciales, cómo se pasará de las palabras (que esas atrocidades “no se van a tolerar”) a los hechos.
