En los últimos días, la hoja santa ha estado en el centro de una controversia impulsada por un programa de cocina televisivo. La duda sobre su seguridad ha generado conversación en redes y entre aficionados a la gastronomía: ¿realmente es tóxica esta planta tan común en la cocina tradicional mexicana?La hoja santa (también conocida como acuyo o momo) es ampliamente utilizada en el sur de México no solo como ingrediente culinario, sino también como parte de la medicina tradicional. Su aroma característico y sabor entre herbal y picante la convierten en un componente clave de diversos platillos como moles, pescados, tamales y sopas.La inquietud sobre la posible toxicidad de esta planta tiene relación con una sustancia específica presente en sus hojas: el safrol. Este compuesto orgánico también se encuentra en otros productos naturales como la nuez moscada y el anís estrellado.Según explica Rafa Carbajal, ingeniero bioquímico, en su canal de TikTok, el safrol ha sido objeto de estudios científicos en los que se identificaron efectos adversos en animales. En particular, investigaciones realizadas en roedores mostraron que, al recibir dosis elevadas y sostenidas en el tiempo, el safrol puede causar alteraciones celulares y, en algunos casos, desarrollar cáncer.Es importante poner estos hallazgos en contexto. Las pruebas de laboratorio se realizaron con cantidades de safrol muy superiores a las que una persona consumiría normalmente a través de su alimentación diaria. Hasta la fecha, no existen estudios que demuestren un efecto cancerígeno del safrol en humanos cuando se consume en pequeñas dosis, como sucede en la cocina tradicional.Además, diversos estudios han señalado que, en proporciones moderadas, la hoja santa podría aportar beneficios. Se le atribuyen propiedades antifúngicas y antimicrobianas, lo que sugiere que no todo lo relacionado con el safrol es necesariamente negativo.En resumen, para que esta planta representara un riesgo real para la salud humana, sería necesario ingerirla en grandes cantidades y de manera constante, algo que no ocurre en la práctica gastronómica habitual.Además de su uso en la cocina, esta planta ha sido empleada en la medicina popular desde tiempos prehispánicos. En diversas comunidades del sur de México, se prepara en infusiones para aliviar problemas estomacales, cólicos, fiebre y dolores de cabeza. Incluso se le atribuyen efectos calmantes y relajantes.En la preparación de alimentos, su uso es muy apreciado. Se emplea para envolver tamales, aromatizar caldos, enriquecer salsas verdes o dar un giro especial a platillos como el pozole o tortillas con hierbas.Aunque se ha señalado la presencia de un compuesto que podría ser riesgoso en condiciones muy específicas, no hay evidencia científica que indique que el uso culinario ocasional de la hoja santa sea perjudicial. Su presencia en la gastronomía mexicana continúa siendo parte del legado cultural, y su consumo, en cantidades razonables, sigue siendo considerado seguro.BB