Desayunar por la mañana un plato de menudo o de birria con chilito, comer por la tarde un guiso de carne con chiles de lata, y en la cena, un buen vasito de esquites con salsa Valentina, crema y queso. ¿Qué tienen en común? Además de que estos platos son auténticas bombas de sabor, están llenos de picante, ¿comemos chile por tradición milenaria, o por cierto deje masoquista para castigar la lengua?De acuerdo con historiadores de la Academia Mexicana de Ciencias, el chile es un fruto nativo de México. Evidencias arqueológicas han permitido dilucidar que el chile fue cultivado desde el año 7000 al 2555 a. C. en las regiones de Tehuacán, Puebla, y en Ocampo, Tamaulipas. Sencillamente, es impensable considerar un guiso sin su buena salsita martajada, o sin su chile de árbol en aceite. Sin embargo, ¿qué sucede cuando se consume a diario? ¿Tiene malas repercusiones en la salud? ¿Nos crecerá un árbol de chile adentro del estómago sim nos comemos sus semillas? Según información Harvard Health, las personas que comen picante casi todos los días tienen un 14% más de probabilidades de extender su umbral de vida a diferencia de quienes lo consumen esporádicamente. Según datos de la página alemana Chili-Saucen, la capsaicina, compuesto activo del chile, tiene efectos beneficiosos sobre la salud, especialmente en la regulación de los niveles de azúcar en sangre. Este efecto la convierte en un aliado importante para prevenir la diabetes tipo 2, así como para personas que padecen síndrome metabólico.En el metabolismo de las grasas, la capsaicina desempeña un papel clave: actúa sobre determinadas enzimas y proteínas que influyen en la forma en que el cuerpo procesa y almacena las grasas. En especial, estimula el tejido adiposo pardo, que es responsable de generar calor y quemar grasa. El chile también favorece el sistema inmunológico y la salud del hígado gracias a su contenido de vitamina C, hierro y antioxidantes, fortalece las defensas del organismo, mientras que la capsaicina, por sus propiedades antiinflamatorias, puede proteger y mejorar la función hepática. Finalmente, los chiles también se han utilizado por sus efectos analgésicos. La capsaicina ayuda a reducir la percepción del dolor al actuar sobre los receptores nerviosos, disminuyendo la liberación de sustancia P, un neurotransmisor que transmite las señales de dolor al cerebro. Esta acción la hace útil para aliviar molestias musculares, dolores crónicos y otros malestares físicos.Con información de Academia Mexicana de Ciencias, Harvard Health y Chili-Saucen. *Mantente al día con las noticias, únete a nuestro canal de WhatsApp. AO